Con todos los merecimientos, Rayados consiguió un título más de Concacaf, derrotando al América con marcador de 1-0 y haciendo pesar su cancha, pese a que no eran favoritos para llevarse el título en la previa.
Monterrey entendió a la perfección lo que estaba en juego, y Javier Aguirre desarrolló un planteamiento agresivo que seguramente el América no esperaba. Contrario a lo que se acostumbra en la Liga, las Águilas todo el primer tiempo jugaron en su campo.
Muy erráticos, los Azulcremas cometieron al menos tres pifias muy costosas en los primeros minutos, hecho que aprovechó Rogelio Funes Mori al minuto 10 para hacer el primer y único tanto, que a la postre definió al monarca.
Los fanáticos del América seguramente terminaron muy decepcionados por cómo jugaron la final. Acostumbrados a siempre pelear hasta los últimos minutos y vender caras las derrotas, es un hecho que provocaron muy poco daño en la portería defendida por Andrada.
Estadísticamente, los dirigidos por Santiago Solari solo lograron disparar en dos ocasiones al arco contrario, teniendo como figura indiscutible a Guillermo Ochoa, que impidió al menos cuatro tantos claros de Rayados.
Desde la previa se esperaba un partidazo, con emociones en ambos arcos y muchas anotaciones. Rayados apostó por cortar los circuítos Azulcremas y descubrieron un antídoto que ningún cuadro había aplicado sobre el América.
Esta noche en el BBVA, nada le salió a las Águilas. En la previa perdieron por lesión a Pedro Aquino , y durante el partido salieron lastimados Luis Fuentes y Richard Sánchez. Sebastián Córdova una vez más decepcionó, Nicolás Benedetti no pudo pesar y Henry Martín tuvo pocas ocasiones frente al arco.
Por parte de Rayados, poco les importó a sus futbolistas la mala racha que acumulaban en el torneo de Liga, compitiendo de una forma muy superior a lo que habían acostumbrado durante todo el semestre. Maxi Meza maniató a la defensa contraria, Ponchito González merece una llamada a la Selección mexicana, Montes y Moreno estuvieron impasables y Celso Ortíz otorgó estabilidad al mediocampo cuando más lo necesitaba.
El partido quedó a deber en emociones, pero pocos podrán cuestionar la seriedad del proyecto de Monterrey, que pudo sumar la quinta estrella internacional a su escudo. Esta noche, quedó muy claro quién tenía más ganas de levantar el trofeo.