Ente octubre y noviembre de 2020, Héctor Herrera era el comandante en jefedentro del mediocampo del Atlético de Madrid. El mexicano disputó cualquier cantidad de minutos como titular, adaptándose a las mil maravillas al esquema de Simeone, que valoró su aporte en una de las rachas más ganadoras de los Colchoneros.
Sin embargo, el 12 de diciembre el mediocampista mexicano salió lesionado del partido contra el Real Madrid, comenzando así una racha de efectos desafortunados que lo tienen totalmente borrado del mapa Rojiblanco.
El oriundo de Baja California se perdió siete partidos consecutivos por la lesión muscular en el muslo, de la que finalmente se recuperó el 31 de enero, ingresando seis minutos en el compromiso contra el Cadiz, los únicos que ha jugado en todo el 2021.
Posteriormente, se anunció el 8 de febrero que había dado positivo por coronavirus, enfermedad que lo hizo perderse otros cuatro duelos, hasta aparecer el 28 de febrero como suplente en la contienda contra el Villarreal.
Finalmente, se perfilaba para poder disputar minutos contra el Real Madrid el 7 de marzo, pero lamentablemente su madre fallecióde la misma enfermedad, lo cual lo volvió a apartar del grupo de Diego Pablo Simeone.
Entre lesiones, enfermedades y problemas personales, Herrera López ha tenido un año para olvidar en lo futbolístico y personal, cruzándose con retos muy fuertes en un periodo muy breve de tiempo.
En el aspecto futbolístico, de nueva cuenta se ha integrado a los trabajos de Simeone, consciente que la competencia en su puesto está más fuerte que nunca, originando que su equipo marche en el primer lugar de la Liga, con buenas posibilidades de coronarse y llevarse el título.
Dentro y fuera del campo, Herrera es un jugador fuerte, con liderazgo y determinación. Se espera que pronto lo futbolístico y lo personal comience a sonreírle, pues tantos malos acontecimientos consecutivos nadie debería merecerlos.