ANÁLISIS
Gareth Bale es el hombre del momento en el Real Madrid. Sin Cristiano Ronaldo en nómina, el galés es el heredero oficial como nuevo buque insignia del equipo madridista. Lo es de forma natural por puesto en el campo, por cualidades y por estatus global. Y lo es también por elección del club blanco, que siempre confío en sus prestaciones y que cree firmemente que, ahora que no está bajo la ‘influencia’ de Cristiano Ronaldo, podrá despegar como nunca se le ha visto desde que llegó a la capital española. Sin embargo, nada de esto es llamativo ni noticioso por nuevo. Lo que de verdad hace a Gareth Bale el hombre del momento en el club blanco es que realmente está luciendo esos galones heredados con brillantez y regularidad.
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En pretemporada marcó tres goles (ante Roma, Juventus y Milan), en la Supercopa de Europa dio una asistencia colosal a Benzema, mientras que ante el Getafe marcó otro gol más en el debut liguero. Es omnipresente a día de hoy. Lo que eleva una cuestión capital: ¿Cómo lo hace? ¿Y por qué no lo había hecho aún hasta el momento?
Bueno, por un lado, resulta evidente que el hecho de saberse la estrella del equipo le ha dado alas. Si tras la final de Kiev afirmó sentirse necesitado de minutos y nuevos retos, ahora que es el eje sobre el que gira el ataque blanco, Gareth ofrece la versión más parecida a la que luce con la selección de Gales. Bale y diez más. El expreso aprieta a toda máquina ahora que todo el convoy pende de esta locomotora. Y eso le gusta. Se nota. Y se sabe.
Goal
Sin embargo, si bien la ausencia de Cristiano Ronaldo sí ha aupado definitivamente a Gareth Bale en el aspecto anímico, no resulta una cuestión tan clara futbolísticamente hablando, pese a las ya extendidas teorías al respecto. En primer lugar, es que el propio jugador galés ya se encontraba en claro proceso ascendente desde finales de la temporada pasada, aún con el ‘7’ en el equipo blanco. En total, a día de hoy, Bale presenta un balance de ocho goles en sus últimos ocho partidos oficiales con el Real Madrid (y en apenas once disparos, además). Y seis de esos ocho partidos incluidos en la racha pertenecen a la temporada pasada. Incluida la final de Champions en Kiev donde anotó dos goles en la victoria blanca ante el Liverpool.
Próximos partidos
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Pero es más, porque los mapas de calor tampoco evidencian que ahora Gareth Bale se sienta más liberado sobre el césped sin Cristiano –posicionalmente hablando-, que se maneje por espacios antes vedados, o que necesariamente se mueva por zonas de mayor influencia y mejor conexión para con el resto de atacantes. La comparación de los mapas de calor de la pasada temporada y de los primeros partidos de la presente muestran que el galés ocupa una demarcación casi idéntica cuando milita en la banda (también jugó como delantero para Zidane en algunos partidos), y se desenvuelve más o menos por las mismas zonas de influencia en el terreno de juego. Julen Lopetegui le ubica como extremo derecho en un 4-3-3 y es desde ahí desde donde parte. Tal y como hacía con Zidane también. Aun siendo hoy sí el líder espiritual del ataque blanco, los mapas de calor no terminan de demostrar que ello signifique necesariamente ni más movimiento por el frente de ataque ni una posición más centrada en el campo.
Sin ser el único mapa utilizado en la comparación para las conclusiones, sí es muy significativo el gráfico adjunto, con las zonas de influencia de Gareth Bale en partido ante el Getafe al final de la pasada campaña, comparado con el primero de la presente. Mismo rival, misma posición como extremo derecho, también de compañero de Benzema, marcó gol en ambos encuentros y, sin embargo, parece que anduvo incluso algo más estático en el partido de este domingo que en el de la pasada primavera. Aun cuando en el imaginario madridista fuese más convincente (incluso ilusionante) el concurso ante los azulones de la presente temporada.
Y estas conclusiones que parecen contradecir a las sensaciones actuales, todavía tienen un impulso más en las estadísticas. Pues, aunque sea pronto para obtener una muestra significativa tras sólo dos partidos este curso, los datos también enseñan que Bale era ya igual de protagonista y efectivo en el ataque merengue de la temporada pasada como lo es en ésta. O incluso más. Pues aun jugando al lado de Cristiano Ronaldo el curso anterior, las estadísticas de Opta revelan que Gareth Bale tiraba más (un disparo cada 27 minutos de juego), generaba más ocasiones claras de gol (1 cada 87) y marcaba más (1 cada 112).
Sin embargo, sí hay unas estadísticas a favor del Gareth Bale de este curso y que son muy simbólicas. Pues ahora con Lopetegui y sin Cristiano, el galés toca más el balón (uno cada minuto y medio de juego). Es decir, participa más de las jugadas y le buscan más. Y por otra parte, también intenta más regates que la temporada pasada (1 cada 25). Señal inequívoca de que ahí, efectivamente, sí se ve una mayor confianza y un mayor protagonismo para el Real Madrid en el presente curso, ya sin Cristiano en nómina. Un factor importante en la explosión de Gareth Bale, pero según estos baremos, mucho más en el capítulo anímico que en el táctico.
