El Real Madrid visita este martes a la Juventus en lo que será el regreso de Zidane a Turín. Y los focos están puestos en el técnico galo. Por presenciar su entrada en el Allianz Stadium, en primera instancia. Pero más alejado de la mera curiosidad de dicha estampa, también por el once que pondrá en liza ante la Vecchia Signora. Diez puestos parecen fijos, pero todavía baila el undécimo. Y tan sólo eso puede hacer precisamente que el Real Madrid presente una u otra cara. Como si se tratase de un pentominó, donde una única pieza equilibra o desequilibra todo el conjunto.
Así las cosas, con todos los jugadores a su disposición a excepción de Nacho Fernández, parece que hay un único puesto a disputarse entre Isco, Gareth Bale, Asensio o Lucas Vázquez. Mientras que los Casemiro, Kroos, Modric, Ronaldo y Benzema tendrían su plaza asegurada de mediocampo en adelante. O lo que es lo mismo, aun con diez jugadores aparentemente confirmados en el once inicial, esa última pieza puede determinar todavía que el Real Madrid luzca con un 4-4-2 en rombo, un 4-4-2 en línea o un 4-3-3. Y es que, últimamente, Zidane alterna todos esos sistemas sin aparente predilección, en lo que es la rúbrica a su última vuelta de tuerca táctica en el equipo blanco.
“Me gustan todos los dibujos. Lo que nosotros elijamos puede ser con el rombo, las bandas o el 4-3-3. Me gusta cambiar y jugar de diferente manera. No hay un dibujo en particular”, decía el técnico galo con toda la flema posible en sala de prensa este lunes, sin desvelar -como es habitual- el esquema con el que jugará en Turín de entre todos los que ha venido trabajando en el club blanco.
Primero modeló al vestuario para mutar de un 4-3-3 con una BBC indiscutible a un 4-4-2 en rombo, sobre todo tras la lesión de Gareth Bale la temporada pasada y la irrupción estelar de Isco. Así jugó, sin ir más lejos, en la final de Cardiff ante esta misma Juventus por ejemplo. O ante un PSG que era sabido que jugaría con un 4-3-3 en el Santiago Bernabéu. Pero en las últimas fechas, y dado que el rendimiento de Isco (al menos, con el Real Madrid) no termina de alcanzar las cotas habituales, Zidane también ha optado por un 4-4-2 en línea, dando entrada a Asensio-Lucas en los extremos -como ante el PSG en París-, o incluso a Bale-Lucas, como ante Las Palmas este sábado.
Así las cosas, el planteamiento del Real Madrid este martes en el Allianz Stadium es toda una incógnita, sin que el técnico blanco quisiera desvelar nada en sala de prensa a veinticuatro horas de que comenzase el duelo. A tenor del once dispuesto en Las Palmas, parece que podría ser Isco quien ocupase ese último puesto vacante en la alineación blanca.
Además, cuando Zidane se ha enfrentado a un equipo jugando con defensa de tres centrales, como se espera a esta Juventus de Allegri, el técnico galo suele abrigarse reforzando el centro del campo con un 4-4-2 en rombo (como en la final de Cardiff o el doble enfrentamiento ante el Tottenham). Lo que facilitaría aún más la entrada del malagueño después de su rutilante actuación con la selección española la semana pasada. Las cartas están sobre la mesa, pero la versatilidad de este Madrid de Zidane hace imposible distinguir hoy en día dónde está el as ganador.