La Selección argentina paseó por miles de canchas. Jugó en El Monumental durante años eternos. Amistosos por el interior y después partidos por Eliminatorias: Córdoba , Rosario , Mendoza , San Juan , La Plata , Santa Fe . Y en los últimos 25 años sólo había jugado tres partidos en La Bombonera , la casa de Boca -1997 y 2017 por Eliminatorias ante Colombia y Perú respectivamente; y 2012 contra Brasil en un amistoso del seleccionado local-.
El estadio de Boca alberga historias y mitos. Es una cancha conocida mundialmente por el mundo futbolero. Y bien se ganó la fama: lo reafirma seguido.
Argentina tuvo el escenario perfecto para despedirse de su gente antes de ir hacia el Mundial de Rusia 2018. Sintió el cariño muy de cerca. El aliento, permanente. La admiración. El mensaje era claro: "A partir de ahora vamos todos juntos hacia un mismo objetivo".
Un clima de fútbol argentino, bien local. Algo que no tienen todos los fines de semana aquellos jugadores que desarrollan su carrera en otros continentes. Un espectáculo que no se vio en ningún otro escenario. Un plan que salió a la perfección.