Los dos grandes títulos que se disputan esta temporada, la Champions League y el Mundial, casi se solapan en el calendario, complicando las concentraciones de muchas selecciones, las cuales se verán de nuevo afectadas.
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La final de la Liga de Campeones de este curso será en Kiev el 26 de mayo de 2018, apenas un par de semanas antes de que el balón eche a rodar en Rusia para la Copa del Mundo, que arrancará el 14 de junio de 2018 .
Esta situación no es nueva. De hecho en la anterior cita mundialista, en Brasil 2014, el margen de días fue el mismo. En aquella ocasión Real Madrid y Atlético se midieron en Lisboa el 24 de mayo de 2014 para empezar el Mundial de Brasil el día 12 de junio de 2014. Incluso la distancia fue menor con la última Eurocopa, cuyo pitido inicial se produjo el 10 de junio de 2016, menos de dos semanas más tarde de la final de Milán, disputada también entre merengues y colchoneros el 28 de mayo de 2016.
Los 20 días de distancia entre la finalización de un campeonato y otro repercute negativamente en los jugadores que llegaron a la final, dado que empiezan el Mundial sin descanso y escasamente adaptados tanto a la dinámica del equipo nacional como al lugar de destino, aunque este año cuenten con el hándicap de que la Champions es en Kiev (Ucrania) y el Mundial en Rusia. Países cercanos geográficamente y similares en cuanto a climatología. La única ventaja dentro de un ramillete de desventajas que se repiten cada dos años y que son temidos por los seleccionadores.