OPINIÓN
España ha sido eliminada ante Rusia en la tanda de penaltis de los octavos de final de la Copa del Mundo 2018, en un partido pobre de la selección que ha terminado cayendo de nuevo desde los once metros. El equipo de Fernando Hierro no ha terminado de tomar nunca el pulso a este campeonato donde llegaba como favorita y se marcha prematuramente como una más.
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La Roja dirigida por Lopetegui había llegado a la cita de Rusia con buenas sensaciones y notables resultados, con la moral por las nubes. Aquellas previsiones optimistas se desplomaron cuando se produjo el tsunami propiciado por la destitución de Lopetegui por parte del presidente Luis Rubiales, tras anunciarse su fichaje por el Real Madrid y futura incorporación tras el campeonato del mundo.
Aunque Hierro apenas tocó inicialmente el esquema ni el once de la España de Lopetegui, la selección nacional nunca ha terminado de funcionar con el malagueño como seleccionador, como si estuviera afectada por los cambios. Como si estuviera falta de confianza. Como si estuviera bajo un estado de shock. Como si echara de menos a Lopetegui y su labor en el banquillo. Evidenciando el papel del míster vasco en estos casi dos años al frente de la Roja.
Lopetegui lleva un tiempo en Madrid preparando su nueva etapa como entrenador merengue, con el único consuelo en estos instantes de ver que parte de su columna vertebral, los internacionales con España, contarán con algo más de descanso de cara a otra extenuante temporada con el Real Madrid, donde habrá que ver si puede contar con Cristiano Ronaldo en las filas blancas, el cual también tiene unas vacaciones adelantadas bajo un verano que apunta a tener muchas borrascas y una lluvia de rumores.
