Muchas veces se emparenta la frase "jugar a lo Boca" con trabar con la cabeza, dar hasta la última gota de sudor y terminar los partidos como Pasucci en los 80, Blas Giunta en el 92 o, un poco más acá, como Chicho Serna en la época dorada de Bianchi. Pero aunque ese sacrificio sea una cuestión innegociable, hay otros detalles que integran esa lisa de características que debe tener un equipo Xeneize y que Seba Battaglia, hijo pródigo del club, mamó y ahora delega en sus dirigidos.
"A dos toques, a dos toques", se escucha permanentemente gritar al nuevo DT o al Tucu Krupoviesa, su principal ladero. Apenas cumplida una semana de trabajo, el equipo busca ser un híbrido entre tener la pelota y ser directo, con posesión que lastima y no que simplemente sea una estadística. Para eso, el ingreso de Alan Varela era reclamado de forma unánime por los hinchas y la respuesta estuvo en la cancha, pero al juvenil que no tiene techo se le acopló el Pulpo González para repartir esa tarea de recuperar rápido y salir hacia adelante.
Con la defensa que gana metros en el terreno de la mano del recuperado Rojo y el siempre cumplidor Izquierdoz y con la grata aparición de Sández en lugar del cuestionado Fabra, Boca logró algo que con Russo le costaba demasiado: ser compacto. Con las líneas más juntas, el traslado parece más seguro. Así y todo, el primer gol llegó gracias a un pelotazo del Cali y una picardía de Briasco para picar al vacío y tocarla por sobre De Olivera.
El empate de Platense cuando moría el primer tiempo necesitaba de un arranque contundente en el segundo y así fue: toque, toque, pelota a la izquierda, centro que Vázquez no puede cabecear y el rebote para la cara interna del pie derecho del Pulpo. Golazo. Y con la ventaja recuperada y los cambios, la esencia fue la misma para cuidar el resultado y cerrarlo con un grito que vale para Boca, pero mucho más para Pavón, que debió volver al banco de suplentes y convertir cuando le tocó ingresar.
Dos partidos, dos triunfos. La pesadilla de verse cerca del fondo de la tabla pasó y ahora los ojos vuelven a la tabla anual. Vale repetirlo: va una semana del ciclo, con dos encuentros de esos que el Xeneize estaba obligado a ganar. Pero el camino de Battaglia está trazado y el primer cartel que aparece es el de "jugar a lo Boca".