Isco vive sus últimos días en el Real Madrid de capa caída. Recién cumplidos los 29 años, emite constantes señales de desorientación, como consciente de que ni está ni se le espera. En invierno pidió salir y su voluntad no ha cambiado para verano, pero mientras sus actuaciones se acumulan en el cajón de la intrascendencia. Con él de titular en Liga, el equipo marca menos y encaja más, lo contrario a cuando es suplente.
Durante los 523 minutos de Isco en el once inicial en Liga, el Real Madrid ha acumulado un 2-6 en contra.El registro es totalmente opuesto en los 310 minutos como suplente, 7-2. Más aún: cuando el andaluz no ha participado, el balance, en 2.137 minutos, es 47-16. Los números, pues, no mejoran las sensaciones que provoca el malagueño.
Después de ver en Cádiz cómo Zidane anteponía al canterano Antonio Blanco a él, ayer frente al Betis (0-0) regresó a la alineación. No sirvió de mucho, sólo para que por el Di Stéfano se le escapara otro tren. En 68 minutos fue el madridista con más remates fallados (dos) y regates malos (dos, con un 33% de efectividad), aunque también el que más faltas recibió (tres). Y, pese a firmar un gran 96,61% de precisión en el pase, una anticipación y dos recuperaciones, perdió nueve balones.
El futuro incierto de Isco
Con 1.012 minutos, Isco es el futbolista 18 de la plantilla en participación. Su aportación, en la línea de su protagonismo, es de un gol y una asistencia. Son los datos de un futbolista venido a menos, que acaba contrato en 2022 y con el que el club no cuenta. El objetivo es que salga en junio para ahorrarse su ficha, con la esperanza de ingresar una cantidad menor por él.
Desde el Sevilla, con el que se le ha relacionado frecuentemente, niegan que ahora estén completando su incorporación. Se desconocen, por el momento, las opciones del de Arroyo de la Miel, que tampoco podrá usar la Eurocopa como escaparate porque desapareció hace tiempo de las convocatorias de la Selección. El mago parece haberse quedado sin trucos...




