EDITORIAL
No hay que temer por el presente y el futuro de Andrés Iniesta. El manchego es un hombre de palabra y en ningún momento traicionará a nadie, mucho menos a si mismo. Es decir, si no se ve capaz de seguir ayudando al equipo no seguirá por muchos millones que le puedan ofrecer para renovar. Está hecho de la misma pasta que Carles Puyol, quien renunció al año de contrato que le quedaba al constatar que su físico ya no le permitía rendir al más alto nivel y colgó las botas. Eso mismo medita Iniesta, que es en partidos como el de esta noche ante la Juventus cuando debe confirmar sus sensaciones. El entrenador, Ernesto Valverde, lo resumió de una forma muy sencilla: "es dueño de su vida".
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Y su vida es el Barcelona, que hoy se las ve ante el equipo que le eliminó la temporada pasada y ante el cual el capitán y el resto del equipo exhibieron una preocupante impotencia, incapaces de tirar a puerta siquiera en los dos partidos que sentenciaron al cuadro azulgrana. Hasta la fecha ha sido titular en tres de los cinco partidos disputados, a los que hay que añadir los dos últimos entorchados con la selección española. Solo se ha caído del once en el Santiago Bernabéu y en el estreno liguero ante el Betis, por lesión. En otras palabras, cuando ha estado bien ha sido siempre titular, tanto con Valverde como con Julen Lopetegui. Y no solo eso, si hoy forma en el once enlazará su quinta titularidad consecutiva, algo que no sucedió en toda la temporada pasada.
Esto es, precisamente, lo que Iniesta valora antes de decidir si amplía su contrato con un Barcelona que va loco por su firma, atascado como está en la sucesión de los jugones del centro del campo. Valverde quiere que siga siendo un jugador importante. "No olvido el potencial de Iniesta pero tiene una edad y juega en una posición que implica un desgaste físico importante" explicó el lunes. A los treinta y tres años el capitán se acerca a la encrucijada de su vida: decidir el momento de colgar las botas. En estas anda también el Barcelona, cuyo presidente, Josep Maria Bartomeu, aseguraba hace pocos días "un principio de acuerdo" que el propio jugador desmentiría con un escueto "no" a su llegada a Barcelona tras jugar con España.
Iniesta, pues, no ha decidido nada. Lo hará a final de año, tal y como él mismo explicó hace meses y como ha venido repitiendo desde entonces. "Mi intención es que se encuentre implicado y a gusto para que pueda rendir al máximo" le invitaba Valverde. El capitán tiene muchos números de ser titular esta noche de forma que pueda confirmar las buenas sensaciones del arranque de la temporada y que sigue siendo un jugador fundamental para el juego del equipo, el único capaz de dar clarividencia al juego por muy oscuro que sea cada lance y uno de los que mejor entiende el fútbol y los silencios de Leo Messi, auténtica llave de vuelta del Barcelona. Y que todavía no ha firmado su renovación a pesar de estar pactada, por cierto.




