GoalDe las 300 frases lapidarias del Simeone comunicador, que está incluso por encima de su figura icónica como entrenador, una radiografía el momento actual del Atleti: "Si el equipo tiene un problema, no hay que preocuparse, sino ocuparse". Así, sin anestesia. Esto es lo que debe de hacer el vigente campeón. Si el personal atiende más a la realidad del equipo y deja de alardear de colección de cromos, algo propio de quien presume de lista Forbes, es posible que el Atleti vuelva a la senda correcta. El Atleti no vive un drama, ni mucho menos, pero tiene cuestiones urgentes que resolver si quiere estar en la pelea por los títulos. Asuntos de los que el Cholo no debe preocuparse, sino ocuparse. Al grano: el equipo defiende cada vez peor, se expone a campo abierto, concede lo que nunca concedió y regala situaciones, minutos y goles que le condenan a tener que remar, contra corriente y a la brava, en casi todos los partidos.
Sólo un indigente mental se atrevería a cuestionar la capacidad de Simeone de liderar al grupo, diagnosticar los problemas y solucionarlos. En ello anda. Y sin embargo, sólo un forofo recalcitrante podría negar que existen problemas que, desde comienzos de curso, se siguen reproduciendo. Los ve un ciego y son los que son: el equipo se atasca en casa - 2 victorias de 7 posibles-, concede goles que jamás debería conceder, regala primeros tiempos y se ha abonado a tener que remontar porque se ha abonado a pegarse tiros en los pies. Unas veces son inexplicables pájaras colectivas (Vitoria), otras son errores individuales (Real Sociedad), otras son faltas de concentración (Villarreal) y otras pertenecen al ambito de lo posible (Liverpool). El asunto está en que el Atleti recibe muchos goles, en que le llegan fácil, en que se complica la vida y en que, cuando se condena a tener que remontar en casi todos los partidos, no nos engañemos, no tiene tanto gol como el Barcelona de Cruyff.
Queda un mundo y aunque el alarmismo no es buen compañero de viaje, Simeone tiene que arremangarse y ocuparse. Equilibrar el sostén defensivo del equipo, abrigar más el centro del campo, acertar más con los planteamientos iniciales y buscar una fórmula de juego que consiga que el Atleti no tenga que acabar todos los partidos tirando de épica, a la carga, como el "Séptimo de Caballería". Si te vacunan fácil, si todos te generan, si casi siempre te toca escalar el Everest a pleno pulmón, es un síntoma de falta de fiabilidad. Y si por algo ha conseguido títulos este equipo es precisamente porque era fiable. El Atleti encajaba poco y regalaba menos. Y se construía de atrás hacia adelante. Ahora la sensación es que arriba puede montarle un incendio a cualquiera, pero atrás corre como un coche de bomberos en dirección a un fuego equivocado. Joao, Suárez, Lemar, Griezmann, Correa y compañía son muy buenos, pero si el equipo no defiende con un mínimo de orden y equilibrio, no sirve de nada. La calidad sin trabajo no sirve. Y sin equilibrio, fracasa. El Atleti tiene un problema. Simeone lo sabe. Y tiene que ocuparse.
Rubén Uría


