Giovanni Simeone Napoli Rangers Champions League 26102022Getty Images

Garra y gol: Gio Simeone marca un gol cada 61 minutos en el Napoli

Entre Giovanni Simeone y Napoli hubo amor a primera vista. Un amor que va creciendo desmesuradamente gracias al rendimiento sobre el césped, donde el Cholito demuestra, partido tras partido, todas sus ganas de vestir la mítica camiseta que usó Diego Maradona.

Los números parecen cosas frías, en cambio certifican cómo el argentino está acompañando las palabras con los hechos: y qué hechos. Diez partidos -de los cuales solo 2 como titular (ambos ante el Rangers)- y 6 goles marcados. Una media impresionante, sobre todo si tenemos en cuenta que Simeone ha jugado 367 minutos en lo que va de temporada. Un gol cada hora, cada 61' para ser exactos.

Sobre cualquier pelota, el hijo del Cholo le pone una batalla inédita, la típica de los que quieren romper el mundo pero de la manera correcta, con un sano furor competitivo: Gio se ocupa como un loco en toda la ofensiva. Gio está viviendo su sueño de jugar la Champions, y va a defenderlo hasta el últimio minuto.

"Vuelvo a ver todos los partidos, cuando juego es especial -destacó ayer al final del partido en 'Mediaset'- Se respira otro ambiente, otra magia. Y disfruto el momento".

Cuatro partidos y otros tantos goles (como papá Diego en el '96/97) realizados entre Liverpool, Ajax y Rangers, a los que se unen los 2 sellos marcados en la liga ante Milán y Cremonese. Estalló en Napoli la Cholitomanía, un cóctel cuya graduación alcohólica aumenta cuando ves a Simeone manifestar su entusiasmo por haber elegido a los azules.

“Es emocionante, siempre tengo ganas de darlo todo -añadió a 'Sky'- Spalletti me ha dado la libertad de ser quien soy, de atacar espacios. Siempre estaré disponible para ayudar siempre al equipo: lo haré en cada minuto que me conceda el entrenador".

El doblete marcado ante al Rangers incluye hambre, técnica y potencia, talentos impulsados ​​por ese loco deseo de llegar a Napoli y ver coronados los sacrificios de toda una vida. La energía de Simeone para ir a ganar balones y apuntar al gol por momentos parece fuera de lo común, motivaciones hacia el balón y un amor genuino por el fútbol que se dan la mano: pese a la súper vuelta de Osimhen de la lesión, el ascenso de Raspadori y el uso reciente a cuentagotas, el argentino se mantuvo concentrado y esperó su turno, confirmando la tesis de Spalletti que potencia la "disponibilidad" del grupo.

El beso al tatuaje de la Champions, el marcador altisonante, el amor a primera vista con el Napoli: la historia del Cholito continúa.

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