No es un Clásico normal. De hecho, no es una Liga normal, ni un fútbol normal. La pandemia de la Covid-19 ha obligado a disputar los partidos sin público, una situación que el Real Madrid ha aprovechado para construir el nuevo Santiago Bernabéu. Como lleva haciendo desde la reanudación de la competición, el conjunto blanco juega en el estadio Alfredo Di Stéfano , el campo con más capacidad de la ciudad deportiva de Valdebebas.
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Y en el Di Stéfano se jugará el Real Madrid-Barcelona menos glamuroso de las últimas décadas (21:00, Movistar LaLiga). De hecho, las restricciones impiden incluso que el reencuentro entre Florentino Pérez y Joan Laporta se parezca en nada a los protocolos habituales en los Clásicos. Históricamente, siempre antes de la pandemia, las directivas de ambos clubes se abrazaban en una informal comida de directivas, tanto en Madrid, como en Barcelona. En el palco, además, se veía a ambos presidentes juntos y hablando cordialmente durante todo el encuentro.
En la situación actual, todo esto ha cambiado. La nueva normativa de LaLiga impide que no solamente la comida de directivas, sino cualquier otro encuentro más allá del saludo que tendrán ambos presidentes en el estadio Alfredo Di Stéfano. Las reglas obligan a la junta visitante a permanecer encerrada en el hotel hasta su desplazamiento en vehículo privado al campo. "No podemos ni salir a tomar un café al bar de la esquina", explican a Goal fuentes del entorno culé. Las directivas se consideran burbujas y deben permanecer juntas de principio a fin del viaje, sin posibilidad de mezclarse con cualquier otra burbuja de convivencia.
Dicha normativa también marca un número máximo de desplazados: diez por equipo. En este caso, con el Barça han viajado cinco directivos: Joan Laporta, Rafa Yuste, Elena Fort, Juli Guiu y Josep Cubells. También lo han hecho cinco ejecutivos: los dos CEOs, Ferran Reverter y Òscar Grau, el nuevo Director de Deportes, Mateu Alemany, su mano derecha en la secretaría técnica, Ramon Planes, y el director de relaciones institucionales, Guillermo Amor.
Por lo tanto, la única vez que Florentino Pérez y Joan Laporta se verán y se podrán saludar será en Valdebebas, minutos antes de un Clásico transcendental para el título de Liga. De hecho, es el primer Clásico de Laporta tras su victoria en las elecciones. El presidente del Barça ha emulado a su homónimo blanco asumiendo una segunda etapa al frente del club con la pretensión de mejorar -o por lo menos mantener- su balance de victorias ante Florentino: en siete partidos, cinco victorias para el catalán (1-2, 3-0, 0-3, 1-0 y 0-2) y dos para el madrileño (1-2 y 4-2).
