Joao Felix Atletico Madrid 2022-23Getty

Esperando a João Félix

La vida es eso que pasa mientras los atléticos siguen esperando a João Félix. Nadie podría negar que el portugués es puro talento, que es un jugador diferente, que tiene magia en sus botas y que, técnicamente, es el mejor jugador de la plantilla del Atlético de Madrid. Lo es. Y sin embargo, nadie puede negar que João está empezando a ser el anuncio de un 'crack' que no termina de serlo, que se está convirtiendo en una promesa de Balón de Oro que se queda en promesa y en un proyecto de jugador diferencial que ofrece destellos pero no continuidad.

Una abrumadora mayoría de la crítica especializada señala a Diego Pablo Simeone como el gran culpable de que João Félix no haya explotado. Se dice que el Cholo esconde sus virtudes y potencia sus defectos, que le aleja del área, que no le da confianza, que no le encuentra el lugar adecuado y que no le da todo el balón que el Peter Pan de Viseu quisiera. La cuestión es que João, más allá de la presunta luz de gas del sistema de Simeone, más allá de buenas y malas rachas, de subidones y bajones, vuelve a parecer estancado. El Cholo le entregó la batuta del equipo en una gran primera vuelta que sirvió para ganar la Liga de la pandemia. Después, lesión y vuelta a empezar. Y este curso, Simeone le entregó el equipo en las primeras jornadas y João respondió con tres asistencias y un amplio catálogo de jugadas de 'PlayStation'. Después, partido a partido y sin motivo aparente, el pozo del talento de Félix se ha vuelto a secar. Malo para Simeone, terrible para João y peor para el Atleti.

Después de cuatro largos años en el club, la sensación con João Félix es que, a pesar de su indiscutible talento, es que siempre se repite la misma historia: amaga con romper, dibuja unas cuantas pinceladas de genio del fútbol mundial y poco a poco, se va apagando, hasta condenarse a volver a la casilla de salida. Hay clase, falta regularidad. El asunto está en que el Atleti le necesita como el comer y que el chico, aunque lo intenta, no termina de ser el jugador que de al grupo el salto de calidad que, por pura clase, debería darle. Hay quien culpa a Simeone, teorizando que su obligación es sacar lo mejor del jugador. También hay quien empieza a cuestionarse si João algún día será capaz de sostener el desafío emocional de sobreponerse a un sistema que no le beneficia y a un contexto que le perjudica, para dejar claro que los mejores siempre terminan por demostrarlo, sea cual sea la situación.

El caso es que el tiempo, como decía 'Supergarcía', es un un juez insobornable que da y quita razones. El asunto está en que los aficionados del Atleti llevan cuatro años esperando a un 'crack' que no termina de romper en todo aquello que su clase sugiere. La historia es que la exigencia del club le obliga a no esperar a nadie, se llame como se llame. Y el largo y tórrido verano invita a pensar que si João no explota en lo que resta de temporada, el club dejará de concederle el estatus de intocable que todavía tiene. Si todo sigue como hasta ahora y en verano llegan ofertas realmente suculentas - aún restan por amortizar más de 60 millones de su fichaje-, en el club no podrán ponerle puertas al campo. El curso acaba de comenzar, el Atleti camina por el alambre y la afición sigue esperando al mejor João.

Hace unas horas, quien esto escribe, que ya tiene 46 años pero sigue conservando el espíritu de aquel niño que coleccionaba cromos en 1986, echó un vistazo al álbum de cromos del próximo Mundial. Y cuando llegó a la selección de Portugal, comprobó que el cromo de João no existía. Que no aparecía en la colección, porque tenía por delante a Diogo Jota y Gonçalo Guedes. Para algunos, eso no dirá nada. Para otros, lo dirá todo. Mientras tanto, el Atleti sigue a la espera. Son ya cuatro años. La teoría insiste en que João es el mejor jugador que tiene el Atleti. De largo. La práctica invita a que el portugués lo demuestre y lo sostenga. Fácil de decir, difícil de hacer. Hay quien dice que João jamás triunfará con Simeone. Otros pensamos que Félix jamás triunfará si no lo hace con el Cholo. El campo nunca miente.

Rubén Uría

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