El Sevilla no pasó del empate en su visita a Wolfsburgo. El punto acabó teniendo un sabor positivo por la forma en la que se había complicado el partido, ya que los alemanes ganaban a cinco minutos del final y la derrota podían haber complicado muchísimo el futuro del equipo de Julen Lopetegui en el torneo.
No obstante, la escuadra hispalense se fue de tierras alemanes con la sensación de haberse llevado un botín escaso ante un rival correoso pero inferior y que sacó ventaja prácticamente de la única ocasión que tuvo en el encuentro. Como ya ocurriera en las visitas al Elche y la Real Sociedad, el punto supo a poco para un equipo que ha disparado las expectativas tras dos temporadas sobresalientes y, sobre todo, deja la sensación de que aún quedan piezas por ajustar.
La necesaria mejora de los pesos pesados
A nivel individual, el duelo evidenció que hay varios futbolistas claves en los dos últimos cursos que aún están tratando de llegar a su mejor nivel tras la atípica temporada que vivió el club con una cuarentena por coronavirus que frenó la preparación. En ese sentido, Suso evidenció que aún le falta un poco de chispa tras ser uno de los futbolistas que dio positivo al contraer la enfermeda, Ocampos necesita algo más de temple para volver a ser decisivo y elegir bien cómo acabar las jugadas y Rakitic también parece lejos de su mejor nivel físico y eso le está llevando a cometer demasiados errores no forzados en la distribución.
También se le pide algo más a un Papu Gómez que estuvo muy tapado en la mediapunta y que aún así nunca se escondió e incluso tuvo el gol de la victoria con un disparo que se estrelló en el palo. Por su parte, progresan adecuadamente jugadores como Navas y Jordán, que con el paso de los partidos y los entrenamientos están volviendo a su mejor versión.
Fichajes que van entrando y un eje defensivo de garantías
En el otro lado de la moneda, Lamela, que dio otro aire al equipo y provocó el penalti del empate, volvió a evidenciar que llama con fuerza a las puertas de la titularidad y es uno de los jugadores que está más en forma del equipo y es capaz de meter otro ritmo y algo de imaginación al por momento previsible juego del equipo sevillista.
En lo positivo, el sistema defensivo y el eje Bono, Koundé, Diego Carlos y Fernando sigue resultando casi imbatible y el Sevilla sólo ha encajado 4 goles en 8 partidos oficiales y el Wolfsburgo prácticamente marcó en la única ocasión que concedieron. Con muchos jugadores lejos de su nivel, el Sevilla ha demostrado que no ha perdido su competitividad, nunca dimite y nunca se rinde y es por eso que sigue imbatido con 4 victorias y 4 empates. Sólo no haber ganado uno de los dos partidos en Champions puede enturbiar la lectura positiva del primer mes de competición de los sevillistas.
Con la aparición de lesiones como las de Acuña o En Nesyri, Lopetegui tiene ahora la oportunidad de ir enganchando a los nuevos fichajes como Augustinsson, único jugador que aún no ha debutado o Rafa Mir, que dejó escapar un par de buenas ocasiones en Alemania para marcar por tercer partido consecutivo. La expectativas despertadas en verano eran enormes y cada partido que no se gana se ve en Nervión como una oportunidad perdida pero a 30 de septiembre hay motivos para ver el vaso medio lleno.




