Pablo Barrios, Atlético de MadridWeb oficial Club Atlético de Madrid

El risa del Atleti va por Barrios

“Cuando un chico juega como juegaasí hay que acompañarlo, llevándolo de la mejor manera para no apurarlo. Tiene un presente importante. El fútbol no tiene edad, sino que tiene futbolistas que tienen personalidad para jugar, y eso es lo que cuenta". Palabra de Simeone. Pablo Barrios no es el futuro. Es presente. Primero, porque el entrenador tiene la sospecha de que, en tiempo de dificultad, se necesita potenciar la competencia interna. Segundo, porque el club hace tiempo que persigue dar un impulso al talento de su academia. Y tercero, porque si el aficionado sospecha que jugar en este Atleti está barato, nada mejor que pagar ese precio con la moneda de un chaval que pone entusiasmo, energía y personalidad. Barrios no es la solución para el mar de problemas que agobian al equipo, pero sí es una flor en el desierto, una apuesta interesante y un chico que tiene dos cualidades que escasean en el equipo. Primero, no le quema la pelota en los pies. Y segundo, siempre la entrega en mejores condiciones de las que la recibe. Con eso, en este Atleti, basta y sobra.

Barrios, que ya marcó y fue de los mejores en Copa, vio cómo Simeone le volvió a dar la chance de ser titular. El entrenador confió, el vestuario arropó, el chaval cumplió y la grada, que está deseando tener motivos para romperse las manos a aplaudir, le despidió con una cerrada ovación. El trabajo paga. Y la gente del Atleti es agradecida. Barrios protegió bien la pelota, la entregó con precisión, completó muchos pases hacia adelante y fue el encargado de buscar y encontrar a Griezmann y Joao Félix. Fácil de decir, difícil de hacer. En un equipo donde queda un mundo por mejorar, en un club en el que nadie sabe si Joao se irá o se quedará y en una grada envuelta en varios conflictos emocionales ante los que canta, anima o abuchea a los protagonistas según le parece a cada sector, Barrios une al personal. Si hay quien canta a Simeone mientras otros muestran su ingratitud pitando, si hay quien anima a Joao mientras otros abuchean y si hay quien grita contra Gil mientras otros no se animan, Barrios pone de acuerdo a todo el mundo. Por unanimidad.

El chico gusta, tiene talento, se anima a probarlo y cuando le han tirado la camiseta del primer equipo, no le ha quedado grande, sino realmente pequeña. Es muy pronto para tirar las campanas al vuelo con Pablo, pero el chico es una magnífica noticia en un club que lleva demasiados meses implorando un clavo ardiendo al que pode agarrarse. Si el fútbol es ilusión, Barrios la transmite. Para muchos, eso no es nada. Para los atéticos, lo es todo. Si la risa va por Barrios, la del Atleti es por Pablo.

Rubén Uría

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