OPINIÓN
Si fuera Luis Enrique, iría a comprar boletos para el Gordo, la Primitiva y la Euromillones. De inmediato. Lo tengo claro. Porque está visto que al nuevo seleccionador español le sale todo desde que tomó las riendas de La Roja. Ya en septiembre había deslumbrado contra dos Miuras como Inglaterra y Croacia. Y en su tercer partido volvió a hacer lo propio ante Gales, en Cardiff, y con un plan radicalmente distinto. En cuanto a jugadores, se entiende, porque sobre el campo el guión fue exactamente igual de bueno: presión alta, transiciones rápidas, querencia por la pelota, concentración, colmillo afilado y gol. Mucho gol.
No importó lo más mínimo que Gales fuera mucho una selección mucho menor. Pues al contrario de lo que sucedió ante Rusia en el Mundial, España en lugar de contagiarse, mantuvo su estándar de exigencias en lo más alto. De ahí que llevara un 0-3 a la media hora de partido. Y si hoy La Roja hubiese necesitado doce goles, el combinado del dragón hubiera acabado al lado de Malta en el álbum de fotos históricas de la selección nacional. Lo sabe Ryan Giggs, y también un Gareth Bale que vio el partido desde la grada.
Tampoco importó lo más mínimo que Luis Enrique decidiese rotar a casi todos sus jugadores. Con apenas dos entrenamientos y siendo un partido amistoso, sólo De Gea, Sergio Ramos y Saúl formaron de inicio de entre los que fueron ‘titularísimos’ en septiembre. Mientras tanto, Jonny hizo su debut con la Absoluta, y hasta seis jugadores pudieron gozar de sus primeros minutos con el nuevo seleccionador: Albiol, Suso, Morata, Koke, Bartra y Kepa. Bien, pues ni con semejante revolución, el nivel colectivo de España se resintió. Sigue rozando la excelencia en casi todos los capítulos clave del fútbol.
Los goles llegaron con las rúbricas de Sergio Ramos y Marc Bartra a balón parado, y un doblete de Paco Alcácer a balón fusilado. El ariete del Borussia Dortmund está que la rompe y lo demostró también con La Roja con dos de los primeros tres goles españoles. Gustó también la pulida técnica de Suso en la banda diestra, la voluntad y valentía de Morata, pero sobre todo, la personalidad y el fútbol de Rodri en el centro del campo, al lado de Saúl. Inconcebible que semejante joya hubiera estado prácticamente ‘oculta’ hasta hace nada. Incalculable el valor que aportará a esta nueva España, que fue el único expreso que se vio por Gales este jueves.