Al Barcelona le falta todavía mucho rodaje. Lo volvió a demostrar ante un buen Napoli que si perdió fue por la mayor pegada del Barcelona en ataque, sirviéndose de dos remates frontales de Sergio Busquets e Ivan Rakitic para establecer un 2 a 1 que importa poco pero que permitió dar un paso más en la puesta a punto del equipo cuando faltan apenas diez días para el arranque de la Liga, lo cual sucederá dentro de dos fines de semana a domicilio del Athletic Club.
Valverde: “Claro que contamos con Coutinho”
Por lo pronto Ernesto Valverde dio la titularidad a la presunta defensa suplente, con Junior Firpo y Moussa Wagué en los laterales, además de Samuel Umtiti y un Jean-Clair Todibo muy despistado y fallón en todos los aspectos del juego que habilitó numerosas acciones ofensivas de peligro por parte del Napoli. Tampoco Busquets mostró la más mínima comodidad como mediocentro y más allá de su gol el centrocampista anda todavía muy lejos de su mejor versión.
Sin embargo, el choque permitió constatar las tremendas capacidades asociativas de Riqui Puig, el primero en levantar del asiento el público del Hard Rock Stadium, y la motivación de Antoine Griezmann, que buscó asociarse con Luis Suárez pero, igual que le pasa al resto del equipo, sin demasiado acierto. La plana mayor del once inicial tuvo continuidad también en el segundo tiempo aunque en el tramo final Valverde dio la entrada a, entre otros, Frenkie De Jong. El holandés se mezcló por primera vez con Busquets sin que ello desembocara en una mayor consistencia defensiva ante un Napoli desatado en ataque pero excesivamente fallón de cara a portería.
En resumen, no fue un partido de grandes conclusiones. No estuvieron ni Philippe Coutinho ni Arturo Vidal habida cuenta su falta de entrenamientos -apenas han completado dos sesiones desde que se reincorporaron el sábado- además del lesionado Leo Messi. Ousmane Dembélé fue el jugador más celebrado por la grada por sus intentos de dinamitar el partido con su juego eléctrico pero, desconectado de sus compañeros, quiso jugar a ser Messi sin serlo. Lo que es evidente es que al Barcelona le falta rodaje, le queda muy poco tiempo para probarse y el inicio de la Liga está a la vuelta de la esquina.
