Aubameyang BarcelonaGetty Images

El Barça disfruta como nunca en Nápoles

El Barça sonríe, por fin, en Europa. Muchos meses tuvo que esperar el equipo azulgrana, desde la victoria contundente por 0-3 en el inicio de la pasada temporada en el Juventus Stadium de Turín -precisamente en Italia-, para volver a golear en un estadio europeo y para abrazarse satisfecho y orgulloso de haber completado un partido de mucho nivel. Nápoles, la ciudad de Maradona y hoy de Lorenzo Insigne, se convirtió este jueves en el escenario en el que el Barcelona confirmó su paso adelante. En los últimos partidos, 4-2 ante el Atleti, 2-2 ante el Espanyol, 1-1 ante el Nápoles en el Camp Nou, 1-4 en Mestalla y este 2-4 en el Maradona. 14 goles en cuatro partidos. El gol ha vuelto a can Barça. Los azulgrana han cambiado, ya es una evidencia y, aunque en ocasiones como Cornellà-El Prat los resultados no acompañan, las sensaciones y la buena dinámica tomada desde el nuevo año no hacen más que poner en valor el trabajo de Xavi Hernández.

El técnico no paró de dar órdenes desde la banda. Moviendo los brazos, pidiéndole a Ferran que tirase desmarques, aplaudiendo a los suyos cuando acertaron. Estuvo tan activo el entrenador como sus jugadores, que completaron un encuentro plasmando sobre el césped aquello por lo que tanto tiempo ha insistido el entrenador egarense: generación y aprovechamiento de espacios, presión alta y calma cuando el resultado es favorable. En los dos primeros tantos, el Barça aprovechó los errores defensivos del Nápoles para clavarle los colmillos con transiciones a gran velocidad. Y con el 1-3 con el que se marcharon al descanso, el equipo blaugrana supo pausar el partido moviendo el balón y defendiéndose con el esférico en su posesión. Incluso, el cuarto gol llegó tras la jugada más larga y con más toques de la temporada. Un placer para la vista de Xavi.

Poco tardó el Barça en silenciar la caldera del Diego Armando Maradona. Ocho minutos, concreamente. Y perdiendo, ni los tifosi se atrevieron a homenajear al Pelusa en el minuto '10', tal y como se rumoreó durante los últimos días. Pero realmente, ni los aficionados del Nápoles se creían su clasificación para los octavos de final de la Europa League. Taxistas, aficionados del equipo partenopeo y camareros lo dejaron claro antes de empezar: "No pasaremos. El Barça nos ganará. El Nápoles siempre falla en los momentos importantes". Y así fue. Los cánticos duraron pocos minutos y con el 1-4, la gente se empezó a marchar del estadio. Incluso dedicaro una fuerte pitada a su emblema Insigne, que en junio se marchará a Toronto. En cambio, los culés allí se quedaron, cantando, gritando, animando a su equipo y aplaudiendo cada pase hasta llegar el pitido final, con el que enloquecieron. No es la Champions League, pero una goleada en un estadio como San Paolo no se produce cada día. Y menos, viniendo de donde viene el Barça. Los catalanes estarán este viernes en el sorteo de octavos de final.

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