Ansu Fati 10FC Barcelona

El 10 del Barça: Mística, sensibilidad y tacto

Ruben Uria BlogGoal

El 10 es propiedad del Barça, no de Lionel Messi. A partir de ahí, se entiende que algunos ejecutivos del club hayan tenido prisa en pasar página, en poner el acento en que Messi es pasado y en acelerar la sensación de que, aunque el argentino hizo más grande al Barça de lo que jamás fue, alguien tenía que llevar el dorsal del mejor jugador de todos los tiempos. Lógico. Hay que vender renovación, nuevos tiempos y nuevas caras. Ahora bien, conociendo la historia, la mística del dorsal y la liturgia sagrada de un número que han llevado a la espalda cracks como Romario, Rivaldo, Ronladinho o Messi, surgía la pregunta: ¿Qué jugador de la plantilla se iba a atrever a llevar un dorsal que simboliza la autoridad moral más grande de la historia del Barça? ¿Podía el Barcelona dejar 'desierto' ese número esta temporada o tenía obligación de darle ese número a algún jugador porque LaLiga no permite tener dorsales libres? Interesante. De entrada, aparecían los jugadores que, por galones y antiguedad, habrían estado legitimados a usarlo. Los capitanes. Busquets, Piqué, Jordi Alba o Sergi Roberto. Ninguno de ellos decidió dar el paso. Para algunos, inacción e inhibición. Para otros, sensibilidad y respeto. Códigos.

Cuentan los pesimistas del club, que suelen ser optimistas bien informados, que el 10 se le ofreció a Philippe Coutinho. Y el brasileño, casi inédito después de la fortuna que Bartomeu pagó por él y consciente de que no ganaría un concurso de popularidad entre la culerada, se negó a ponerse el 10. Coherencia, porque las comparaciones son odiosas y llevar el diez podría lastimar más una reputación que, hasta que empiece a jugar y marcar goles, está bajo mínimos. Después, hubo quien trató de persuadir a Sergio Agüero de llevar el dorsal que había llevado duante una década su mejor amigo, aspecto clave para atar su fichaje por el Barça. El Kun desechó el ofrecimiento. Por lealtad, por sentido común y para no pisar charcos. Un ejemplo claro de máximo respeto hacia su amigo y hacia ciertos códigos futbolísticos. No era el toro del Kun, era una idea propia de un bombero jubiladoy de ahí el "no" rotundo de Agüero.

Fue entonces cuando el club anunció que el dorsal 10 sería para Ansu Fati. Una decisión que aliviaba una cuestión que, en algunos despachos, se consideraba una patata caliente. Ansu era el elegido y dio el "sí quiero". Tiene ADN Barça, despierta la simpatía de los aficionados, es un activo de La Masia y se le considera el futuro. A bote pronto, "marrón" solucionado. Sin embargo, una lectura menos superficial invita a reflexionar. Sí, el 10 es del Barça y no de Messi pero ¿no es sorprendente que el jugador que estuvo representado hasta hace bien poco por el hermano de Leo se preste a llevar el número que hasta hace poco era el de Messi? A simple vista, no parece lo más aconsejable. Al fin y al cabo, Rodrigo Messi no sólo fue el representante de Ansu Fati, sino el hombre que evitó que el chaval pudiera salir del club, como reconoció el padre del delantero. Porque, cabe recordar, que hubo un tiempo que Ansu estaba más fuera que dentro y fue el hermano de Messi el que logró que siguiera. Si la cuestión demandaba sensibilidad, a alguien la ha faltado agradecimiento y memoria. 

Hay más. Es posible que el 10 de Ansu sea una decisión aplaudida por el club, pero también contribuye a la causa de su actual agente, el omnipotente Jorge Mendes, que hasta última hora colaboró - sin éxito, por cierto- para que el Barcelona fichase a Joao Félix. Aquí nadie da puntada sin hilo. ¿Otorgarle este dorsal a Ansu obedece a una cuestión futbolística o responde también a cuestiones comerciales? Otra cuestión no menos importante: ¿Acierta el club otorgándole un dorsal místico e histórico, a un jugador que todavía no ha renovado y que, vista la frágil economía del club, podría tener problemas en ampliar contrrato? Y por último, la pregunta deportiva: ¿Soportará Ansu Fati el peso de un número que grandes jugadores del vestuario han rehusado llevar o tendrá presión extra con esa carga? No son cuestiones de estado, pero tampoco son irrelevantes. 

Las preguntas se agolpan. El campo dictará sentencia. Al chico, desearle lo mejor. Su suerte será la del Barça. Repetimos: el 10 no es propiedad de Messi, sino del Barça. Como sucedió con Romario, Rivaldo o Ronaldinho. Sí, la vida sigue, los jugadores pasan - también el mejor de todos los tiempos-, y el club sigue. La cuestión es si realmente la decisión que el club, entregándole el 10 a Ansu Fati, con el visto bueno de los que aconsejan al chico, es la idónea. Hay quien sostiene que este era un "premio" necesario. Otros, conociendo la intrahistoria, igual piensan que ha faltado una pizca de sensibilidad y tacto. La que exigía un número que es propiedad del Barcelona, pero que nadie hizo tan universal y grande como Messi. 

Rubén Uría

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