El pasado sábado 29 de mayo, la Selección mexicana doblegó 2-1 a Islandia, en un partido que entregó muchas conclusiones para Tata Martino. El técnico argentino volvió a probar el rombo en medio sector, Chucky Lozano anotó dos goles para rescatar el resultado, y Diego Lainez entregó un funcionamiento sumamente destacado.
Antes de este partido, Lainez solo había disputado 149 minutos con el Tricolor mayor desde la llegada de Martino, estadística que demuestra que por algún motivo, no era del total gusto futbolístico del timonel nacional.
Sin embargo, para este cotejo amistoso apareció nominalmente como extremo, pero interiorizando mucho su posición, con el objetivo de recibir entre líneas y generar peligro gracias a conducciones individuales. El experimento fue un éxito, y el oriundo de Tabasco entregó tal vez, su mejor partido con la camiseta de la Selección mexicana.
Lainez encontró como su mejor socio a Andrés Guardado, su compañero incondicional en el Betis y que constantemente buscaba involucrarlo en el juego. Diego condujo la pelota, desbordó, tiró jugadas dos a uno e incluso, puso la asistencia en el primer gol de Lozano, además de participar en la elaboración del segundo tanto.
Durante sus cuatro años como futbolista profesional, ha sido sumamente común ver a Lainez tirado por alguna banda, buscando generar desborde y explosividad. Esta ocasión tuvo una posición muy centrada que le permitió ser mucho más decisivo en el cotejo, entregando una variante que debe ser considerada para el futuro cercano.
La Selección mexicana tiene cualquier cantidad de extremos, pero resulta difícil encontrar a un mediapunta que pueda orquestar el juego, desequilibrar y pisar el área. La Concacaf Nations League puede ser un buen ejercicio para darle continuidad a esta prueba táctica, y hallar la posición idónea para Lainez con el Tri. Para su buena fortuna, contra Costa Rica arrancará de inicio.
Gracias a la continuidaddurante la segunda mitad de la temporada en España, el atacante de 20 años se desarrolla a pasos agigantados. Cada vez decide mejor, interpreta el juego y sí, tiene mucho futuro por delante con la camiseta nacional.

