RONALD KOEMAN BARCELONA UEFA CHAMPIONS LEAGUE 14092021Getty Images

Decepción con Koeman, que se juega su futuro en dos semanas

En las últimas semanas, Joan Laporta había comentado en círculos estrechos -también con periodistas- la posibilidad de que Ronald Koeman renovara como entrenador del Barcelona. El inicio de temporada no ha sido una maravilla, pero desde la junta directiva se confiaba en que el técnico neerlandés levantara un equipo que se había quedado sin su pieza principal mediante una idea clara de juego y una valentía que se le presupone a todo entrenador del Barça. El club blaugrana exige osadía, juego ofensivo sin ataduras, una alegría en el fútbol que durante los últimos encuentros no se ha demostrado sobre el césped. Pero Laporta seguía confiando, convencido de que Koeman adoptaría las bases de un cruyffismo que, con el presidente actual, no son cuestionables. Independientemente de la plantilla que haya quedado.

El partido ante el Bayern de Múnich, sin embargo, ha multiplicado las dudas y ha acrecentado los recelos que parte de la junta tenía en verano. Por aquel entonces, el Barcelona se planteó seriamente no contar con Koeman, pero su despido era económicamente inviable y prefirió darle un voto de confianza condicionado a una serie de obligaciones: fútbol atractivo, ataque sin pragmatismos y oportunidad para los jóvenes talentos de la Masia. El mismo discurso que Laporta vendió durante las últimas semanas. Pero la paciencia tiene un límite y la vuelta del público al estadio también obliga a todas las partes a tomar partido. Koeman ya sabe que la afición quiere ver a los jóvenes y no acepta que los veteranos se equivoquen. Las pistas que le mandaron el martes ante el Bayern -en forma de pitos y aplausos- fueron meridianamente claras.

Tal fue la decepción tras el duelo ante el conjunto bávaro, que los máximos responsables deportivos del club, junto a Joan Laporta, se quedaron comentando la situación en el Camp Nou hasta pasadas las dos de la madrugada. El problema existe y tiene difícil solución. Koeman prefirió especular, esperar al Bayern, dejarle el balón y sufrir sus embestidas. El Barça disparó cinco veces, ninguna a puerta, algo que no había sucedido nunca en la historia de la Champions League en el Camp Nou. Para los responsables del club, el planteamiento del martes no es aceptable y no puede volver a repetirse. Aunque sea un rival a priori superior.

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La renovación del técnico ahora ya no está tan clara. De hecho, lo que sí está claro es que la imagen del equipo es importante y que en los próximos compromisos oficiales el entrenador será observado con lupa. Desde la dirección deportiva se desea que los resultados lleguen y que no haya que tomar medidas drásticas, pero los comentarios ya se pronuncian con la boca pequeña. Pese al problema económico de su despido, 12 millones según RAC1, si hay que tomar la decisión, se tomará. Ante el Granada, el próximo lunes en el Camp Nou, Koeman tendrá su primera final. Dependerá del juego y de la puesta en escena que su vida en el banquillo se alargue hasta el jueves en Cádiz y, sucesivamente, hasta el próximo domingo 26 ante el Levante en Barcelona. De los tres encuentros, dos serán con el público analizando cada movimiento, algo que el presidente también tendrá en cuenta. En su primera rueda de prensa como máximo mandatario, Laporta insistió en una idea: "perder tendrá consecuencias". Ya las está teniendo.

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