Julio Marchant Velez San Ramon@Velezsanramon

De campeón del mundo al Federal B: qué es de la vida de Julio Marchant

El estadio Juan Carlos Paz, más conocido como "el Coliseo de los Sueños", tiene capacidad para 2.500 personas -prácticamente la misma cantidad de gente que entra en la tercera bandeja de La Bombonera-, pero Julio Marchant dice que cuando sale a la cancha y alza sus manos para saludar a los hinchas de Vélez de San Ramón, no nota la diferencia con aquellas noches del 2000 cuando el Boca de Bianchi brillaba ante su público en el estadio Alberto J. Armando.

"Para mí, entrar a un campo de juego es una sensación tan linda que cada partido lo siento como la primera vez que me tocó entrar a La Bombonera, lo vivo con las mismas ganas y la misma pasión". Su primera vez en La Bombonera fue el 27 de febrero del 2000, cuando Carlos Bianchi decidió ponerlo desde el arranque ante Lanús. Ese mismo año, con 20 recién cumplidos y un puñado de partidos en Primera, Marchant levantaba la Copa Libertadores tras vencer a Palmeiras en la final y entraba en la historia grande del Xeneize al formar parte del plantel que viajó a Japón para derrotar a Real Madrid y consagrarse campeón intercontinental. "Yo no era consciente de lo que vivía, pasa todo muy rápido y uno no dimensiona pero no porque no quería, si no porque no había tiempo: nosotros ganamos la Intercontinental en Tokio y tuvimos que volver a la Argentina rapidísimo para jugar los partidos que nos quedaban del Torneo para salir campeones".

Boca Real Madrid Intercontinental Cup 28112000Shaun Botterill /Allsport

Jugar en Boca no es para cualquiera

Hoy, el mediocampista que se hizo un lugar en Boca tras la salida de Diego Cagna disputa la Zona A de la Región Centro del Federal B y vive en Santiago del Estero, provincia que debió dejar a los 14 años para vivir en la pensión xeneize. Allá en el barrio, cuenta, algunos compañeros le siguen preguntando por aquel Boca campeón de todo aunque "los tiempos cambiaron y ahora las oportunidades se les dan más fáciles a los pibes". Lo que no cambió, asegura, es el peso que tiene la camiseta de Boca. "Yo pude vivir un proceso, porque llegué de muy chico y viví en el club. Pero la camiseta de Boca no es como las demás: si no llegás con la cabeza dispuesta a entender rápido lo que es el club, no te adaptás, y si no te adaptás, hay otros esperando".

Más allá de la presión que, dice, se vive en el Xeneize, el Sapo asegura que no hay nada como ponerse la camiseta azul y oro. "Ser jugador de Boca es lo más hermoso, solamente hay que saberlo llevar. Daría todo por ser jugador de Boca hoy, aunque te cambie la vida completamente", dice y automáticamente se le viene a la cabeza el último escándalo protagonizado por Edwin Cardona y Wilmar Barrios: "Boca mueve mucho. Ojalá cortemos un poco con estos episodios, lo digo como hincha. Hay que entender que está el escudo ante todo y la que sale perjudicada es la institución. Como jugador de Boca tenés que hacerte cargo de lo que generás y ser cuidadoso". A pesar de eso, admite, no sacaría a los colombianos del equipo, apoyando la decisión de Guillermo Barros Schelotto: "Como técnico hoy priorizaría la necesidad y los pondría. Pero el resto del plantel te puede exigir que tengas la misma actitud si pasa algo similar con ellos".

-¿Qué hubiera hecho Bianchi?

-No había opción para que lo pensaras o quieras intentar hacer algo mal. El mensaje era qué profesional tenías que ser para vestir la camiseta de Boca. No era tan difícil. Ahora no sé si es que no dimensionan o no son inteligentes.

El Negro Enrique de Riquelme

El Sapo dice que los amigos lo cargan porque no se agranda como debería, no "saca chapa". Y no lo dicen porque fue uno de los pocos privilegiados que conquistó dos Copa Libertadores y una Intercontinental con Boca, si no porque fue responsable de que Riquelme hiciera "el mejor caño de la historia". "El Negro Enrique dice que si él no le daba el pase a Maradona contra los ingleses, el Diego no hacía el mejor gol de la historia de los Mundiales. Bueno, si yo no le daba el pase a Román contra River él no hacía el mejor caño de la historia de los caños, ja (fue a Yepes por la Copa Libertadores del 2000)".

El mejor partido del mundo

Marchant fue titular en ese histórico 3-0 de Boca ante River en la vuelta de cuartos de final de la Copa Libertadores del 2000 que le permitió al Xeneize clasificarse a semis, y cuando recuerda lo que vivió ese día en La Bombonera, le cambia la cara. "Fue el partido más espectacular que me tocó jugar. Un Superclásico no se compara con ningún partido, ni con un Real Madrid - Barcelona, ni con nada. Es único", dice emocionado.

Que no se termine

A los 38 años, el santiagueño se resiste a dejar el fútbol. Después de la gloria con Boca, emigró al Racing de Mostaza Merlo en busca de más lugar, pero no consiguió asentarse y pasó a Unión de Santa Fe, que militaba en la B Nacional. Portugal, México, Colombia y Uruguay fueron otros destinos por donde pasó el Sapo, que en 2011 regresó a Argentina para ponerse la camiseta de Chacarita, nuevamente en la Segunda División. De a poco, se fue acercando a Santiago del Estero. Primero, con un paso por Club Atlético Mitre y, ya en 2017, arribando a Vélez. "Siempre estaba la idea de volver a mi provincia, más allá de que uno va buscando acomodarse de acuerdo a donde van surgiendo las posibilidades", cuenta y asegura que no piensa en el retiro: " Yo estoy disfrutando de lo que me gusta hacer, me siento bien en lo físico y eso que me permite despuntar el vicio. Nunca me planteé un final de carrera y no quiero terminar: el fútbol es lo que más alegría me da".

Anuncios

ENJOYED THIS STORY?

Add GOAL.com as a preferred source on Google to see more of our reporting

0