Dicen que el cementerio está lleno de valientes. También de ingenuos y de incautos. De todo ello tienen los enterradores de Cristiano. Con ce mayúscula. Osados que no quieren aprender. Le habrán dado por muerto mil y una veces, que él siempre volvió. Y lo seguirá haciendo hasta que él quiera. No hay otro como Ronaldo en ese aspecto. Quizás sí con un mayor talento natural para el fútbol. O incluso más jóvenes o más correctos en público. No se puede negar. Pero nadie con semejante regularidad a tan alto nivel y durante tanto tiempo sin interrupción. Lo que desencadena que al primer constipado le crean ya moribundo, quizás. Pero no, siempre es un simple paso atrás para tomar carrerilla de nuevo.
El primer gol de Cristiano Ronaldo de chilena
El año pasado ya le querían retirar cuando marcó diez decisivos goles en Champions League desde cuartos de final, que a la postre terminaron dándole la Duodécima y su quinto Balón de Oro. Y este curso volvió a tener una primera mitad de curso normalucha, pero empezó incluso antes en el tiempo a revelarse contra las hogueras: a mediados de enero. Sólo en sus últimos nueve partidos de blanco ha anotado 19 goles, ‘mojando’ en todos y cada uno de ellos. Y por medio, cinco tantos en Champions League a PSG y Juventus, con esa antológica chilena en Turín que pasa de inmediato a ser uno de los mejores goles de la historia del fútbol por su belleza, importancia y escenario. Cuarenta mil personas se lo reconocieron de manera espontánea y unánime en el Juventus Stadium. Todo el resto del planeta fútbol debió hacerlo al unísono también desde sus casas.
He aquí el quid. Puesto que no se trata únicamente de longevidad, regularidad, récords, marcas o goles de chilena. Va más allá de todas estas merecidas loas. Pues como bien dijo Buffon, el luso es un jugador a la altura de los cinco grandes, cuya nómina debería estar ampliada ya a siete desde hace tiempo: Di Stéfano, Cruyff, Pelé, Maradona, Zidane, Messi y el propio Cristiano. Lo que, al cortísimo plazo, subyace en que el Real Madrid no puede perder a semejante leyenda viva así como así, sin que se le conozca todavía tope. A día de hoy, y mientras la Champions League discurre de forma paralela, el otro gran objetivo merengue de aquí a este verano debería ser asegurar con siete candados la continuidad del ‘7’ en plantilla.
Y no es que nadie haya estado trabajando hasta el momento en el sentido contrario, no. Por ninguna de las partes en cuestión, además. Pero aquellos que no encuentran suficiente osadía para ser enterradores se quedan en escépticos analistas a la espera de acontecimientos. Y de ésos sí que ha habido muchos este año durante la primera mitad del curso. Ahora que el tiempo ha devuelto las cosas a su sitio natural, es momento de reaccionar en consecuencia, disolviendo dudas y limando asperezas surgidas desde ambos costados. Ningún jugador en el Real Madrid se ha ganado un trato mejor que Cristiano. Fuera del club madridista tampoco lo hay, a tenor de los terrenos de juego, aunque sí pueda figurar negro sobre blanco. Todas las piezas encajan. No será difícil completar el puzzle por ninguna de las partes, además. Sólo falta empezar a mover dichas fichas. Y no se puede no hacerlo. Porque Ronaldo no se puede marchar del Real Madrid este verano.