OPINIÓN Y ANÁLISIS
Sergio Busquets volvió a deleitar con otra colosal actuación de las que se deben grabar y mostrar en las escuelas de fútbol, de las que se aprende cuál es la labor de un mediocentro en la actualidad. El jugador del Barcelona firmó ante el Málaga un partido inmaculado, sin fallos, controlando en todo momento la situación, repartiendo el cuero, asomando por el campo para apoyar en la creación de juego y, a la vez, sabiendo cómo desarmar al rival, abortando la construcción del contrincante.
Cuándo acaban contrato los jugadores del Barcelona
En este fútbol moderno donde a veces parece que solo importan los datos individuales sobre goles y las asistencias, el jugador catalán brilla en otras disciplinas, mucho menos lucidas de cara al público pero tremendamente útiles para el entrenador y el resto del plantel. Primando siempre el colectivo.

Busquets fue el que más pases realizó, revelándose como un filtro por el que pasa el caudal de fútbol de sus compañeros. También lideró el apartado de intercepciones, además de ser uno de los que más recuperó. Todo ello por el bien del equipo, como el capitán que hace que este Barcelona nunca naufrague ni se vaya a la deriva, asumiendo los galones del brazalete, con o sin él, y dirigiendo sobre el verde al equipo hacia los mayores éxitos posibles.




