Rossi Izquierdoz Boca River 8vos de final Copa Argentina 2020AFP

Boca se arma de atrás para adelante

"Los equipos se arman de atrás para adelante", dijo alguna vez alguien que jamás imaginó que dejaría una de las más grandes máximas de la historia del fútbol. Y Miguel Ángel Russo, parece, la sigue al pie de la letra: si Boca volvió a ganarle a River en un cruce mano a mano, algo que hasta hace unos meses se presentaba como una quimera, mucho tiene que ver con el DT potenció lo que, hoy por hoy, es la mejor -¿y única?- virtud del plantel.

¿Y QUIÉN HACE LOS GOLES DE BOCA?

Es cierto: el Xeneize no juega bien y tiene mayores dificultades para generar peligro en el área rival. Para la estadística quedará, de hecho, que Franco Armani no recibió ni siquiera un remate a su arco. La delantera que conformaron Cristian Pavón y Norberto Briasco ni siquiera intimidó a Paulo Díaz y David Martínez y apenas si alguna aproximación de Juan Ramírez llevó algo de preocupación a los rivales. Además, no solo jugó sin un centrodelantero natural -solo contaba con Luis Vázquez-, sino que terminó en cancha con Kichan y Agustín Obando, dos futbolistas que perfectamente podrían competir por un puesto.

Pero así como arriba es absolutamente inofensivo (un solo tanto en los últimos siete partidos), el conjunto de Russo exhibe una solidez digna de envidiar: en los últimos 10 encuentros -desde el último Superclásico hasta éste-, recibió únicamente cuatro goles, dos de los cuales fueron en el choque ante San Lorenzo, en el que la Reserva debió jugar por tercera vez en cinco días. Es decir que a la defensa titular y a Agustín Rossi solo le convirtieron dos veces en ocho cotejos.

Con Marcos Rojo en un nivel superlativo, gracias al que, ahora sí, marca diferencia y un Cali Izquierdoz que se alza como una seria voz de mando dentro del grupo, el cuerpo técnico ha sabido constituir una zaga difícil de batir. Pero como si eso fuera poco, afuera esperan Licha López y Carlos Zambrano: el peruano, particularmente, levantó notablemente el nivel en este último tiempo y esto no es una consecuencia individual, sino también un logro colectivo. Con el ingreso de Marcelo Weigandt en el lateral derecho, ahora con la competencia de Luis Advíncula, el lateral derecho se reforzó definitivamente y hasta el joven Agustín Sandez mostró sobriedad y no desentonó.

Boca celebra otro triunfo ante River no porque haya sido necesariamente superior, sino porque controló la dinámica del partido: dividir y conquistar fue el plan de Russo. Y funcionó, porque corrió y metió. "Las delanteras ganan partidos, pero las defensas campeonatos", otra máxima del fútbol. Cuando no alcanza arriba, hay que hacerse fuerte abajo. Por esa ruta camina el Xeneize.

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