Borja Iglesias Betis Alavés LaLigaGetty Images

Betis: el Coloso de la fe victoriosa

Firma Manolo NietoGoal

Allá por el 1568 se coronaba el alminar de la Torre de Santa María con una veleta que años después le daría nombre a toda la edificación. La veleta se denominó Giralda pero el monumento tomó ese nombre y le dejó el diminutivo de Giraldillo a la escultura. Representa el Coloso de la fe victoriosa, apropiándose de su nombre femenino para perdurar por los siglos de los siglos y ser la protagonista de la ciudad. Pues el Real Betis fue anoche esa Giralda, en su sobre vertiente de utilidad y significado.

Durante la primera mitad fue veleta. Los errores en la retaguardia le impedían mantenerse firme cuando la dirección correcta indica un objetivo tan goloso como el europeo. Falta de rigor defensivo que para el anterior Betis hubiera sido un escollo insalvable. Pero no para este Betis. Para el Betis de la fe que ha conseguido edificar Pellegrini, ajustándolo si es necesario, como así fue, con cambios claves como los de Joaquín y Borja Iglesias. Y claro está, con el acongojo correspondiente de un Alavés que tenía miedo a perder. Y bien es sabido que cuando tienes miedo a perder, pierdes, y pierdes mucho*.

Entonces fue cuando apareció ese coloso de la fe vencedora. Porque ahora el Betis cree que puede y lo logra. Tan fuerte es la confianza que Pellegrini no reserva a un jugador vital para su equipo (ya tocaba), que se presentaba con cuatro tarjetas amarillas a las puertas de un derbi. Fekir es ahora ese jugador desequilibrante (ya tocaba) que ve cómo puede aprovecharse de la indolencia del rival y sacar un penalti para el inicio de la remontada. Tan claro vio esa jugada como clara pudo ser la amarilla en algunas de las jugadas en las que estuvo metido. Será la fe, o las cosas que tiene el estar en otra zona de la tabla clasificatoria, donde los árbitros te ven más alto, esbelto y guapo, como la Giralda. Será eso.

Pero bien debería cuidarse Pellegrini de los males de altura. Que la fe mueve montañas pero en ocasiones no gana partidos. Porque si entramos en un análisis más sesudo de cómo se han producido las cuatro victorias consecutivas, hay detalles por limar. Fe contra Getafe, victoria en el 84’; contra el Cádiz, también triunfo en el 84’ y contra el Alavés, remontando un 0-2; pero no todo se puede dejar a la fe que al final se termina cansando.

Y ahora sí puede el Betis sentarse a esperar el derbi, y a mirar qué es lo que hace el Sevilla esta noche contra el Dortmund. Porque no me negarán que ahora sí que el Betis puede alegrarse por una derrota rojiblanca, no es lo mismo un rival con subidón que un rival más que tocado y con miedo a perder (*aquí remito al párrafo segundo para no ser repetitivo).

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