OPINIÓN Y ANÁLISIS
Gareth Bale es sinónimo de velocidad, tanto por su estilo de juego como por las ganas que tiene de revolucionar el ritmo de su temporada con el Real Madrid. Un curso más corto que los demás compañeros del equipo blanco, condicionado por las lesiones y por la imposibilidad de acudir al Mundial de Rusia 2018.
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El galés fue el gran protagonista junto a Nacho y Ronaldo del triunfo de los merengues ante el Deportivo. El partido que podría servir para cambiar la dinámica del Real Madrid, aún está por ver, y al menos en lo que se refiere al devenir en la Copa del Rey y la Champions League, dado que la lucha por LaLiga es una quimera.
El expreso de Cardiff hizo honor a su apodo al meter una marcha más del encuentro ante los deportivistas. Sus zancadas y fintas señalaron el camino de la remontada, incluyendo el segundo gol y un posterior cabezazo que anticipan que su sitio también podría ser el área, de rematador puro. Los números le dan la razón: pese a todos los partidos que se ha perdido en este curso entre noviembre y diciembre, el ex del Tottenham es el máximo anotador del equipo en el torneo doméstico -6 goles en 9 partidos-.

El ansia de Bale es tremendamente comprensible. La carrera deportiva del galés ha estado marcada en Chamartín por las lesiones, impidiendo la continuidad del ‘11’ merengue. Y cuando se encuentra fino pisa el acelerador para recuperar el tiempo perdido, para sumar los goles y asistencias que no hizo cuando se ausentó, porque además se da la circunstancia de que su temporada este año durará hasta mayo por no tener que disputar con Gales el Mundial, al contrario gran parte de la plantilla blanca que acudirá a Rusia.
Mientras un importante grupo de jugadores seguramente reservarán una parte de las energías para competir en la próxima Copa del Mundo y dosificarán sus minutos en lo que queda de campaña para no agotarse, Bale va marcando un ritmo distinto, mucho más endiablado y acelerado, quemando gasolina, muy acorde a su estilo. Y que puede servir también para contagiar a un Real Madrid que casi había frenado en seco y ahora necesita acelerar de nuevo para alcanzar los objetivos.


