Ansu Fati Barcelona 2019-20Getty Images

Ansu Fati ya tira del Barcelona


EDITORIAL

Parecía difícil hacerlo peor que en el estreno liguero en San Mamés pero el Barcelona logró rizar el rizo y jugar incluso peor que entonces , por lo menos durante la primera mitad. Y si ante el Betis el Barcelona reaccionó al gol inicial del rival como un vendaval, poseídos como estaban todos los jugadores por recuperar el balón cuando lo perdían, en El Sadar sucedió todo lo contrario. Donde frente el Betis el cuadro azulgrana no realizó ni un solo despeje a la desesperada en todo el partido, a domicilio del Osasuna se vio forzado a recurrir a ello hasta en media doncena de ocasiones durante los primeros veinte minutos.

Si no presionas, te presionan . Sin apretar al rival al Barcelona se le iba la posesión y, con ella, se desconectaban los jugones, empezando por un Antoine Griezmann que en la primera media hora apenas tocó un solo balón dentro del área rival y fue incapaz de generar un solo remate en todo el primer tiempo. Ni él ni nadie, de hecho, pues el Barcelona no remató a puerta ni una sola vez durante los cuarenta y cinco minutos iniciales mientras el Osasuna conseguía transformar su primer remate , obra de Roberto Torres a los siete minutos tras conectar un centro de Brandon Thomas desde el carril izquierdo al aprovechar una pérdida de Jordi Alba.

Ernesto Valverde intentó reducir las angustias de su equipo retirando en el descanso a Nélson Semedo , devolviendo a Sergi Roberto al lateral derecho, a Rafinha Alcántara, hasta entonces extremo derecho, al centro del campo -aunque no tardaría en ser sustituido por Arthur Melo- y dando la oportunidad a Ansu Fati , que fue el primer cambio y se encargó de dejar bien claro que ha venido para quedarse. Solo seis minutos necesitó el chaval para poner el empate al rematar de cabeza un centro de Carles Pérez y convertirse en el jugador más joven de la historia del Barcelona en marcar en partido oficial así como en el tercer goleador más precoz de la Liga tras Fabrice Olinga e Iker Muniain.

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Porque con De Jong y Griezmann desaparecidos tuvo que ser el bisauguineano el que tirara del carro azulgrana , huérfano de individualidades debido a las lesiones de Leo Messi, Luis Suárez y Ousmane Dembélé y al mal partido en El Sadar que cuajaron las estrellas barcelonistas que quedan en pie. Y si hace una semana Fati irrumpió como un cañón con dos jugadones que levantaron al público de sus asientos con el partido ya encarrilado, esta vez lo hizo lejos de casa y con el marcador en contra, con la diferencia que hoy sí vio puerta y su gol fue decisivo para rescatar al Barcelona .

Su diana desperezó al equipo, que empezó a morder como había hecho una semana antes. Y precisamente una recuperación de De Jong en la frontal del área del Osasuna y que acabó con el balón en los pies de Arthur sirvió para poner al Barcelona por delante tras el latigazo del brasileño en sus primeros minutos oficiales esta temporada , que además le permitieron estrenarse como goleador en azulgrana. Sin embargo, al cuadro barcelonista se le fue la victoria por unas manos de Gerard Piqué dentro del área que desembocaron en el penalti con el que Roberto Torres estableció el 2 a 2 definitivo en un partido ante un recién ascendido en el que tuvo que aparecer un juvenil para que los profesionales del Barcelona despertaran de su apatía. Y ni así.

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