El árbitro Ricardo de Burgos Bengoetxea siempre iba a ser el centro de atención en la final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona, después del drama ocurrido fuera del campo el viernes. Sin embargo, el Clásico transcurrió con pocos momentos en los que el árbitro fuera el protagonista. Hacia el final, Bengoetxea otorgó un tiro libre al Barcelona justo cuando Kylian Mbappé parecía tener una clara oportunidad de gol, lo que causó consternación en el banquillo del Real Madrid. En ese momento, Rudiger explotó de ira y lanzó un proyectil hacia el árbitro, siendo posteriormente contenido por varios miembros del cuerpo técnico cuando se le mostró la tarjeta roja.