¿Será diferente la tercera etapa de Javier Aguirre al frente de México de sus anteriores mandatos en el Tri?

Javier Aguirre se encontrará en un entorno familiar cuando salga a la línea de banda el sábado para dirigir a la selección nacional de México en un partido amistoso contra Nueva Zelanda en el Rose Bowl.

Para empezar, ya ha hecho este trabajo antes. Dos veces. El Vasco, su apodo, dirigió al Tri en los Mundiales de 2002 y 2010, y en ambas ocasiones se despidió justo antes de llegar a ese esquivo quinto partido que sigue acechando a México.

En sus dos etapas anteriores, el seleccionador llevó a México a octavos de final antes de retirarse. El Tri sólo ha superado los octavos de final en dos ocasiones, en 1970 y 1986. Además, la localía que hará Aguirre tiene cierto significado.

Aguirre solía jugar en el Rose Bowl de Pasadena como centrocampista durante su etapa en Los Ángeles Aztecs de la NASL entre 1980 y 1981. Pero un vistazo al corte de pelo de Aguirre demuestra que muchas cosas han cambiado para él desde principios de los 80 en el sur de California.

Y un vistazo a su equipo muestra que muchas cosas han cambiado desde 2010, cuando Aguirre dirigió por última vez a la selección nacional.

A medida que México comienza su preparación para la Copa Mundial 2026, que comenzará en casa, el equipo espera avanzar a través de las fases eliminatorias en la Ciudad de México antes de aspirar a un partido de cuartos de final en los EE.UU.

Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer antes de entonces, y mucho ha cambiado - no sólo desde la época de Aguirre en el campo del Rose Bowl en 2002, sino también en los 14 años desde la última vez que dirigió a México.

Mucho. Incluso el escudo que lucirá es diferente, actualizado a un aspecto más elegante y moderno en 2021.

No es que Aguirre no haya estado al tanto de los cambios en el fútbol mexicano. Él ha sido parte de algunos de ellos. Como uno de los pocos entrenadores mexicanos que se ha aventurado en el extranjero, no sólo entrenando en la Liga después de dejar el trabajo en el Tri, sino también dirigiendo a Japón y Egipto a nivel internacional, las ideas de Aguirre han tenido una gran influencia en la comunidad de entrenadores de México.

Y, desde que dirigió al Monterrey en 2021-22, lo han visto de cerca, además de ver cómo Aguirre y Rayados trajeron de Europa a muchos jugadores de la selección mexicana.

La cantidad de mexicanos que ejercen su oficio en el extranjero en el fútbol es rara. Podría decirse que Rafa Márquez o Javier «Chicharito» Hernández son los dos últimos jugadores del Tri que han hecho carrera en el extranjero, y Márquez es ahora el principal ayudante de Aguirre.

Edson Álvarez, del West Ham United, podría ser la excepción. Es un jugador de 26 años que puede dominar el mediocampo o jugar de defensa central, pero muy pocos futbolistas mexicanos aparte de él juegan regularmente al más alto nivel con sus clubes.

En la Copa Mundial de 2002, no era tan importante contar con jugadores que se desarrollaran fuera de México. Aparte de Márquez, sólo Cuauhtémoc Blanco, Gerardo Torrado y Francisco Palencia jugaban fuera de la Liga MX.

Pero los tiempos han cambiado, con la Premier League, La Liga y la Champions League emergiendo como las principales competiciones de clubes en el mundo. En 2010, esas diferencias en el panorama del fútbol de clubes empezaron a notarse, y México pudo competir con algunos de los mejores del mundo gracias a tener a nueve jugadores en las principales ligas de Europa, incluido Márquez, que en ese momento estaba en el Barcelona.

Se trata de una selección mexicana que no tiene tanto talento como en ediciones anteriores, un reto que los anteriores seleccionadores, Diego Cocca y Tata Martino, tuvieron que superar con dificultad.

Sin embargo, Aguirre podría afrontar ese mismo reto de una manera diferente. Tiene que tomar algunas decisiones difíciles en la selección de jugadores. La más importante es decidir si incorpora a algunos de sus veteranos o cierra la puerta a su futuro internacional. En México, la decisión de dar paso o no a los jugadores más veteranos es siempre un tema de actualidad en la selección.

Uno de los puntos fuertes de Aguirre era su capacidad para encontrar el equilibrio adecuado en sus plantillas.

En 2010, Aguirre se llevó a Sudáfrica a Óscar «Conejo» Pérez, portero de 37 años, y a Cuauhtémoc Blanco, de 37, pero también hizo sitio a estrellas emergentes como Carlos Vela, Javier «Chicharito» Hernández, Héctor Moreno y un portero del América de 24 años llamado Guillermo Ochoa.

Para los próximos amistosos, Aguirre dejó fuera de la convocatoria a algunos veteranos clave, como Ochoa, el extremo Hirving Lozano y el delantero Raúl Jiménez. Pero podría reconsiderar algunas de esas decisiones, dependiendo de la situación de los clubes de cada uno de esos jugadores.

Ochoa ha fichado por el AVS, de la primera división portuguesa, y Lozano está prosperando con el PSV antes de su previsible fichaje por el San Diego FC de la MLS. Jiménez podría no ser el jugador que fue con los Wolves durante la temporada 2019-20, donde anotó 17 goles en la Premier League, pero todavía está jugando en la primera división inglesa con Fulham.

En la última década, el margen de error se ha ampliado para los seleccionadores mexicanos. Antes, una derrota abultada o una derrota en una final suponían el final para un seleccionador. Ahora ya no es así.

Juan Carlos Osorio conservó su puesto tras caer 7-0 ante Chile en la Copa América Centenario 2016. Tata Martino sobrevivió a múltiples derrotas ante su rival, Estados Unidos, en dos finales de 2021. Jaime Lozano continuó después de su propia derrota ante Estados Unidos en la Final Four de la Nations League en 2023, aunque una eliminación en la fase de grupos de la Copa América 2024 fue el final de su mandato.

El extenso currículum de Aguirre significa que no tiene que preocuparse por ganarse el respeto o por futuras perspectivas de trabajo si México tiene problemas. Su principal objetivo será devolver a México a su nivel anterior.

A menos de dos años de la Copa Mundial de 2026, que organizarán México, Canadá y Estados Unidos, las expectativas en torno a la selección mexicana son cada vez mayores. Los aficionados tienen el corazón puesto en llegar a cuartos de final de la Copa del Mundo, pero esa es una tarea que ningún entrenador del Tri ha cumplido desde que Aguirre era jugador de la selección nacional bajo el mando de Bora Milutinović en 1986.

Alcanzar ese nivel probablemente colocaría a Aguirre en un nivel reverencial en México. En realidad, Aguirre tiene que conseguir que su equipo vuelva a ser uno de los equipos de élite de la CONCACAF, si no, el mejor equipo de la región.

Sí, México ganó la Copa Oro en 2023, pero eso fue en gran medida contra las escuadras B de la mayoría de los países. El equipo ha perdido dos finales de la Nations League y, fuera de la victoria de 2023, no ha ganado una Copa Oro desde 2019. La región es mucho más difícil, con Estados Unidos supuestamente listo para contratar a Mauricio Pochettino y Canadá mostrando un crecimiento sorprendente con Jesse Marsch.

Si México puede ganar ya sea la Nations League 2025 o la Copa Oro 2025, junto con avanzar fuera de la Copa Mundial 2026, eso probablemente sería visto como una victoria para la exigente base de fans de México.

Pase lo que pase contra Nueva Zelanda y la semana que viene contra Canadá -un revés en el calendario de amistosos de la USMNT, ya que los tres anfitriones de 2026 luchan por encontrar rivales durante las campañas de clasificación de otros equipos- no añadirá presión de inmediato al técnico de 65 años en su regreso.

Pero podría influir en el pensamiento de Aguirre sobre lo diferentes que son las cosas desde las dos últimas veces que estuvo al frente de las selecciones nacionales.