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Roma reencuentra a Lamela: el pasado Giallorosso de Coco

Aquí viene Coco. En el camino que les separa de ganar otro trofeo europeo, la Roma encuentra enfrente a un viejo conocido: Erik Lamela.

El argentino marcó el gol decisivo en la prórroga de la semifinal ante la Juventus, dando al Sevilla la séptima final de la Europa League de su historia.

Así, los giallorossi y el ex talento de River estarán llamados a competir por los 15 kilos de plata que se disputarán el miércoles 31 de mayo en el Puskas Arena de Budapest.

Y pensar que fue la Roma la que permitió a Lamela dar el salto de Sudamérica a Europa, que a mitad de 2011 se lo llevó de River Plate, que acababa de descender a la Serie B por primera vez en la historia y arrollado por una situación casi irreversible.

Los 17 millones que pagó el club de Trigoria para hacerse con el que a principios de la segunda década del 2000 era considerado uno de los valores absolutos del fútbol argentino dieron un respiro a la apnea de los Millonarios.

  • NACE UNA ESTRELLA

    El Coco llega a Roma con grandes expectativas. Junto a Bojan Krkic, es el hombre de portada de esa revolución cultural propuesta por la nueva titularidad americana y puesta en manos del técnico debutante Luis Enrique.

    Lamela encarna a la perfección la idea de fútbol impulsada por Walter Sabatini y Franco Baldini: joven, con perspectiva, potencialmente un fracaso capaz de legar unos ingresos sustanciosos para mantener siempre en marcha las cuentas del club.

    Pero de Argentina el Coco trae consigo una lesión en el tobillo que lo obliga a perderse gran parte de la preparación y consecuentemente los dos primeros meses de la temporada.

    Sin embargo, la espera por el debut se ve recompensada con la máxima alegría para la afición gitana. Lamela debutó el 23 de octubre en el Olimpico, donde Palermo llegó como invitado en una calurosa tarde de mediados de otoño.

    El jugador, que optó por vestir la camiseta con el dorsal 8, tarda exactamente los mismos minutos en marcar su primer gol en Europa.

    Recuperación larga por izquierda, balón desplazado a la zurda en su entrada al área y tiro perpendicular que acaba recto por detrás del portero y al fondo de la bolsa.

    El olímpico tiembla: nace una estrella. También se levanta y aplaude a Francesco Totti, que mira lesionado desde la tribuna.

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  • (CONTRA)REVOLUCIÓN

    Parece el comienzo de una gran historia futbolística, pero las cosas cambiarán inmediatamente.

    Con Luis Enrique, Lamela sí se hizo titular pero entre recaídas físicas y dificultades para adaptarse a la Serie A, su incidencia sobre los destinos de la Roma fue decayendo poco a poco.

    Destino, para ser honesto, no exactamente glorioso. La temporada de la revolución cultural dura muy poco, presa de la crisis de rechazo a un entorno no preparado para la iconoclasia que pregoniza el New Deal de los giallorossi de Boston.

    Lamela dentro de un año lleno de dificultades, sin embargo, deja entrever destellos de calidad como jugador superior. Este detalle le exime en parte de las feroces críticas que se derraman partido tras partido (léase caída tras caída) del conjunto giallorossi.

    Además, empeoran las relaciones con algunos miembros del vestuario. En particular con Pablo Daniel Osvaldo, con quien se escenifica en Udine un evento no especialmente edificante.

    Una pelea en los vestuarios del viejo estadio de Friuli, que culminó con el atacante abofeteando al joven compatriota que, según él, no se mostró demasiado terco en las jugadas individuales en detrimento del bienestar general del equipo.

    Claramente es el síntoma de que algo anda mal a un nivel más profundo en el vestuario, en una ciudad-carnicería que muchas veces corta de raíz las ambiciones de jugadores incapaces de sintonizar con el entorno.

    Luis Enrique dura sólo un año y de la Revolución Cultural sólo queda el nombre y una declinación decididamente irónica.

  • LA CURA ZEMAN

    Un viejo conocido del club fue elegido para dirigir la plantilla de la temporada 2012-2013: Zdenek Zeman. De regreso de ganar el campeonato de la Serie B con Pescara, el bohemio fue recibido como rey por segunda vez en Trigoria, pero una vez más el entrenador fue despedido a mitad de temporada, desapareciendo en una nube de humo de cigarrillo.

    Pero el cambio resulta beneficioso para el Coco, protagonista del crecimiento desde todos los puntos de vista empezando por el de la construcción. Lamela cierra su segunda temporada en la Roma con 15 goles marcados en la Serie A.

    Un marcador importante, pero que no ayuda a la Roma a sacar algo positivo de su campeonato. Los giallorossi finalizan en sexto lugar, a distancias siderales de los primeros y de las posiciones útiles para lograr el objetivo principal, que es la clasificación para la Champions League.

    Sin embargo, Coco se ha ganado el corazón de la afición de la Roma, que está convencida de que el argentino es el hombre adecuado en torno al cual construir la formación de los próximos años.

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  • DECIR ADIÓS

    Pero las cuentas languidecen en Trigoria y es necesario inventar soluciones financieras creativas para que el banco no quiebre.

    Las ventas multimillonarias de Marquinhos y Osvaldo no alcanzan para limitar las pérdidas presupuestarias. Se necesita otro sacrificio, pero al revisar la lista de jugadores que quedan en Trigoria, no hay mucho que ganar.

    En el mes de agosto -con el campeonato ya en marcha- Lamela se sacrifica pues a la patria en el altar de las plusvalías. El relevo al talento argentino es el Tottenham, que firma un cheque por más de 30 millones de euros.

    Una venta que, sumada a las dos anteriores y un verano de pesadilla tras la derrota en la final de la Coppa Italia en el derbi ante la Lazio, no hace más que agudizar el descontento de la ciudad.

    Todo el descontento de la plaza se está derramando en las redes sociales y las radios, que empiezan a asar a la parrilla un inmueble a una gestión que en realidad nunca ha sido demasiado querida.

  • TÚ OTRA VEZ

    Sin embargo, fuera de Roma, Lamela nunca podrá lograr el rendimiento logrado en el período de dos años en el equipo de la capital. Plagado de lesiones y operaciones, el argentino seguirá siendo una de las muchas grandes asignaturas pendientes que cruzaron la década de 2010 sin poder dejar la huella que creían que estaban destinados a dejar.

    Después de Londres, Lamela encontró hospitalidad en Sevilla. Ahora el destino le pone delante a la Roma, a la que se enfrentará por primera vez como rival tras eliminar en semifinales a la Juventus con un gol en propia puerta.

    El 31 de mayo, al sonar el triple pitido y bajo el cielo de Budapest, él o su antiguo amor llorarán la decepción de no poder conquistar el trofeo que cambia la suerte de una temporada.

    Será como ver a tu antiguo amor feliz de la mano de otra persona y pensar "Ese podría haber sido yo".

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