Un informante, hablando con L’Équipe, pintó un panorama sombrío de la experiencia de Messi fuera del campo. Las luchas con el entorno del club, sentirse atrapado en medio de la rivalidad latente entre Neymar y Mbappé, y la falta de reconocimiento especial tras su triunfo en la Copa del Mundo, supuestamente dejaron a Messi añorando su vida en Barcelona.
"No tuvo ni un solo buen momento en París. No podía salir. Se encontraba en medio de la rivalidad Neymar-Mbappé", dijo la fuente. "Incluso sintió que el club protegía al francés y ni siquiera honraron su título de la Copa del Mundo. En Barcelona, era un Dios. Estaba acostumbrado a llevar a sus hijos al colegio, el sol... era una combinación de muchas cosas".