El Espanyol fue sancionado debido a un comportamiento similar de sus aficionados durante una derrota por 2-1 ante el Villarreal en octubre de 2024. Se lanzó un vaso al árbitro del partido, Alejandro Quintero González, que rebotó en su pecho. El conjunto catalán recibió una multa de 3,000 euros y una prohibición de estadio suspendida por un partido. Se dejó claro al Espanyol que más infracciones llevarían al cierre de las puertas para un partido. Si se cumple esa amenaza, entonces no habrá aficionados presentes para una fecha de derbi con el Barça.