La cita con la historia ha sido fijada, ahora le toca al Inter presentarse puntual.
El equipo nerazzurro vuelve a enfrentarse tras ocho días al Bayern y lo hace sabiendo que está en juego un lugar entre los primeros equipos de Europa y que también tiene a su disposición todas las armas posibles para hacer daño.
En el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones, se empezará de nuevo con la valiosísima victoria por 1-2 conseguida en la ida en Múnich, un resultado que concede una ligera ventaja pero que, como explicó en días pasados Simone Inzaghi, no permitirá distracciones.
Demasiado arriesgado sería hacerlo contra un rival de tal calibre, así como lo sería dar espacio a jugadores que pueden cambiar el curso de un partido en cualquier momento.
El Inter deberá presentar la mejor versión de sí mismo, algo que de hecho ya ha logrado abundantemente a lo largo de este torneo.







