Bueno, fue lindo mientras duró. La ilusión de una pelea por el título se desmoronó brutalmente cuando el Liverpool superó al Manchester City el domingo, acabando prácticamente con las esperanzas del Arsenal de alcanzarlos en la cima de la Premier League. Los goles de Mohamed Salah y Dominik Szoboszlai sellaron el triunfo por 2-0 y completaron una semana desastrosa para el City. Los Reds vencieron como visitantes a su rival en liga por primera vez en una década, apenas unos días después de que el equipo de Pep Guardiola fuera eliminado de la Champions League a manos del Real Madrid y Kylian Mbappé.
El City prácticamente se había despedido de la lucha por el título tras caer ante el Liverpool en Anfield en diciembre, pero el Arsenal aún mantenía una ligera esperanza de destronar a los Reds, especialmente después de que el Aston Villa los frenara con un empate el miércoles. Los Gunners llegaron al fin de semana con la ilusión de reducir la ventaja del Liverpool a cinco puntos con un partido menos, siempre y cuando vencieran al modesto West Ham y recibieran una ayuda del City. Sin embargo, lo que ocurrió fue todo lo contrario: el Arsenal sufrió una sorpresiva derrota en casa, mientras que el equipo de Arne Slot cerró un fin de semana clave con una ventaja de 11 puntos en la cima de la tabla, acercándose a su vigésimo título de liga.
Los duelos entre City y Liverpool han sido batallas por el título en los últimos años, pero en esta ocasión, el orgullo era lo único en juego para el equipo de Guardiola. Si bien lograron mantener la dignidad ante el líder de la liga, una vez que Salah anotó su gol número 25 en la temporada, el City nunca pareció tener opciones reales de remontar. Además, los jugadores que suelen aparecer en momentos clave brillaron por su ausencia. Erling Haaland no fue convocado debido a una lesión de rodilla que también lo dejó fuera en Madrid, mientras que Kevin De Bruyne, visiblemente lejos de su mejor nivel, deambuló por el campo hasta que Guardiola decidió poner fin a su sufrimiento y lo sustituyó.
De Bruyne ha sido el talismán del City en partidos decisivos como este, pero su pobre actuación hizo parecer que se estaba despidiendo del fútbol de élite. En contraste, Salah, apenas un año más joven que el belga, sigue en la cima de su carrera y está cada vez más cerca de levantar su segunda Premier League con los Reds.
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