La polémica nació tras el partido en Cádiz, después del segundo partido consecutivo (5-1 al Valencia, el anterior) de un Lunin que jugaba por el lesionado Kepa (sintió molestias en el calentamiento previo al partido con el equipo Ché).
El ucraniano rindió bien y encajó solo un gol del Valencia en esos dos encuentros (0-3 en el Nuevo Mirandilla) jugados en la segunda mitad de noviembre de 2023. Pero no estuvo acertado Ancelotti al decir, tras esa victoria y de forma rotunda, que "si Kepa está bien, va a jugar".
Casi siempre correcto al declarar, pareció que Ancelotti se había equivocado con esa frase. Al fin de cuentas, no era lo que Lunin necesitaba escuchar en ese momento, sobre todo cuando tuvo que soportar que el club fichara a Kepa pocas horas después de conocerse la lesión de Courtois. No era justo para Lunin, ni necesario para nadie, que el entrenador italiano dijera eso delante de los medios. Además, ¿qué confianza le daba eso al ex Leganés? Ninguna.
Probablemente se dio cuenta Ancelotti que no había estado bien y cambió su discurso con el paso de los días, asegurando que había competencia en la portería y que en enero decidiría quién defendería la portería del Madrid. Que no se volvería a dar la situación de Diego López e Iker Casillas en el Bernabéu, cuando los porteros españoles alternaron titularidades durante su primera etapa.
Sin embargo, tras el parón navideño volvió a decir que decidiría "en cada partido". Y es lo que hizo: desde entonces, Kepa ha jugado dos partidos en 2024 (Arandina y Atlético de Madrid) y Lunin ha disputado tres (Mallorca, Barcelona y Atleti). A juzgar por los resultados, no pareció la mejor decisión.