La 'LuLa', capaz de lograr una alquimia casi incomparable para cualquiera durante el bienio 2020-2022, se dividió sin embargo en el verano de 2021. Unas semanas después de ganar el Scudetto, Lukaku -y en consecuencia el Inter- sucumbió al cortejo de su antiguo club, el Chelsea, que pagando un cheque superior de 115 millones de euros consiguió que el delantero belga volviera a vestir la camiseta de los Blues, como ya había pasado de 2013 a 2017.
Después de decir 'sí' al Chelsea, con el objetivo de regresar a Londres para asumir el papel de líder, Lukaku tuvo que lidiar con la más amarga de las realidades. La temporada 2021/22 que pasó en Inglaterra resultó ser un verdadero fracaso. Moraleja: el idilio con el club inglés se rompió casi instantáneamente, dando paso a un escenario sensacional, ya esperado por el propio jugador a mitad de temporada en los Blues.
Un año después de ser vendido por una suma superior a los 100 millones de euros, el Inter logró la sensacional operación de traer de vuelta a Milán a Lukaku con la fórmula de un préstamo oneroso. Tras volver a vestir la camiseta nerazzurri, 'Big Rom' ya no encontró a su mentor Antonio Conte, sino a Simone Inzaghi.
Bajo la dirección del técnico del Piacenza, Lukaku ya no es un punto fijo como en los dos años de Conte, sino que a menudo es llamado al equipo de relevos junto a Edin Dzeko. Al final de temporada celebró la Copa de Italia y la Supercopa de Italia, pero tuvo que rendirse ante el Manchester City en la final de la Liga de Campeones disputada como suplente. Fue el 10 de junio de 2023. Y ese seguirá siendo su último partido con la camiseta del Inter, antes de sus traspasos a la Roma y, el verano pasado, al Nápoles, club en el que se encontró con el propio Conte.