Doscientos veinticinco minutos: ese fue el tiempo que necesitó Luka Modrić para marcar su primer gol en la Serie A.
En su tercera aparición con el Milan, todas como titular, el astro croata logró inscribir su nombre en la hoja de anotadores frente al Bologna, entregando a su equipo tres puntos cruciales.
El gol del ex capitán del Real Madrid no solo confirmó su capacidad para definir, sino que coronó otra actuación brillante. La jornada de Modrić estuvo marcada por un rendimiento lleno de intuición y visión de juego, dejando claro por qué se ha consolidado como el líder absoluto del centro del campo rossonero.




