Para los puristas del fútbol, su recuerdo perdurable del dramático triunfo de Argentina en los cuartos de final del Mundial sobre Países Bajos fue la asistencia de Lionel Messi para Nahuel Molina. Fue un pase que, según se argumenta, ningún otro jugador habría visto, y mucho menos ejecutado, y es acertadamente considerado como uno de los mejores jamás realizados.
Sin embargo, para una gran cantidad de argentinos, lo primero que viene a la mente cuando se menciona 'La Batalla de Lusail' es Messi arremetiendo contra Wout Weghorst mientras realizaba una entrevista posterior al partido: "¿Qué mirás, bobo? ¿Qué mirás, bobo? Andá para allá, bobo, andá para allá!"
Messi posteriormente expresó su arrepentimiento por la manera en que se dirigió a Weghorst y a varios otros miembros del equipo y cuerpo técnico de Países Bajos, en medio de las tensiones resultantes de un partido que contó con un récord de 17 tarjetas amarillas.
Sin embargo, sus compatriotas lo disfrutaron en ese momento. Muchos argentinos, incluido Hernán Crespo, habían argumentado durante mucho tiempo que a Messi le faltaba la 'maldad' de Maradona y que, por lo tanto, no era adecuado para el papel de capitán. Argumentaban que era demasiado callado y pulcro. Sin embargo, contra Países Bajos, Messi mostró el lado combativo de su carácter, lo que solo hizo que los argentinos lo amaran aún más.
"Todo lo que salió fue natural, simplemente reaccioné de esa manera," Messi dijo a Urbana Play en enero de 2023. "Pasaron muchas cosas con ese jugador [Weghorst] y hubo un par de momentos más de tensión y fricción. El partido acababa de terminar, estaba muy fresco. No me gusta dejar esa imagen, pero estas cosas pasan."