Lionel Messi acosado por los hinchas, las lesiones de Neymar y el mal estado de forma de Gigi Donnarruma: 10 razones por las que la temporada del PSG ha sido tan decepcionante

uando Lionel Messi regresó de la Copa del Mundo, todo se sintió un poco diferente. El argentino había marcado la última casilla de su carrera y completó el fútbol en la más perfecta de las circunstancias. Todo lo demás parecía un poco irrelevante.

Y así resultó ser. Desde Qatar, Messi todavía ha mostrado destellos de su brillante mejor momento, pero se ve como un jugador sin guía ni motivación en un equipo en el que Mbappé y algún que otro jugador le devuelve una pelota a su altura. Él no tiene la culpa de las luchas del PSG desde enero. Pero tal vez sea injusto esperar que un hombre de 34 años sea un talismán todas las semanas.

Y una vez que comenzaron los rumores del Barcelona, parece que la cabeza de Leo ya está en Catalunya. La expectativa de que se reincorpore a su antiguo club solo ha complicado aún más las cosas. Para los frustrados ultras del PSG, ahora es un traidor, ya no apto para vestir la camiseta. Y a medida que los abucheos y las burlas se han intensificado, Messi se ha convertido aún más en un pasajero en una serie de malas actuaciones.

Una lesión en el tobillo de Neymar es un hecho anual en este momento. Esta temporada, el brasileño finalmente cedió y optó por operarse. Probablemente lo había estado necesitando por un tiempo; los esguinces se han sumado.

Pero también fue una lesión inoportuna para un jugador que estaba teniendo su mejor temporada en el PSG en años. Neymar estaba en camino de 20 goles y 20 asistencias en la Ligue 1, producción suficiente para hacer que el resto de esta estancada campaña sea mucho más cómoda de lo que es actualmente. Aún así, su problema más reciente descarriló las cosas y podría tener un impacto duradero en su carrera. Neymar ahora tiene 30 años y, aunque se dice que la operación fue un éxito, las cirugías no se recuperan tan fácilmente a su edad, especialmente dado el extenso historial de lesiones del brasileño.

El PSG parece enfrentarse a la decisión de mantener o vender a Neymar todos los años, y cada vez se siente un poco falso. Pero con Messi casi seguro fuera, Kylian Mbappe controlando efectivamente el reclutamiento y una base de fanáticos enojados perdiendo la paciencia, es posible que deban tomar una visión más seria sobre qué hacer con la firma más cara de todos los tiempos.

Es la crítica favorita de todos al PSG que sus superestrellas no corren. Y esa queja no está mal. Mbappé, Messi y Neymar no se acercan lo suficiente a un cambio defensivo para que los parisinos tengan éxito en el escenario europeo. El fútbol no se puede jugar 11-v-8 en estos días.

Pero los ocho restantes tampoco han sido exactamente sólidos. Antes de la temporada, el PSG parecía haber ordenado una línea de fondo bastante sólida. Marquinhos, Presnel Kimpembe y uno de Sergio Ramos o Nordi Mukiele formarían una sólida defensa de tres, con laterales corredores a cada lado.

Las lesiones han llegado en masa, y Mukiele y Kimpembe terminaron sus temporadas antes de tiempo. Pero Ramos y Marquinhos han estado notablemente por debajo de su mejor nivel en los últimos meses. Lo más preocupante, quizás, es que el PSG simplemente se está deshaciendo de los balones largos por encima de la parte superior, sus lentos centrales luchan por recuperarse contra lados más atléticos. Estos son errores básicos, y el mismo tipo de gol que se supone que debe evitar una defensa de tres.

De hecho, si el sólido mediocampista defensivo Danilo Pereira ha sido su defensa central más consistente, entonces probablemente haya uno o dos problemas defensivos que deban abordarse.

El PSG no se va a deshacer de Gianluigi Donnarumma. Probablemente tampoco lo van a enviar a la banca. Sin embargo, puede haber un poco de preocupación en torno al gran portero italiano. Aunque todavía puede producir atajadas impresionantes en masa, el portero ha sido propenso a cometer errores esta temporada.

En verdad, es algo que se remonta a los octavos de final de la Champions League de 2022, donde cometió dos grandes errores para permitir que el Real Madrid revirtiera una ventaja contundente y ganara la eliminatoria. Donnarumma no ha sido el mismo jugador desde entonces. Cometió un error que permitió a Kingsley Coman anotar para el Bayern de Múnich en febrero y ha sido propenso a cometer uno o dos errores contra rivales menores de la Ligue 1 en las últimas semanas.

También está el problema de la distribución. A los parisinos les gusta quedarse con el balón. Eso, por naturaleza, requiere un portero que pueda lanzar, patear y pasar con precisión. Donnarumma, sin embargo, no es un pasador particularmente bueno y a menudo se le encuentra lanzando el balón fuera de juego. Y sus errores ocasionales al mantener las cosas cortas también han sido discordantes. Todavía tiene, de alguna manera, solo 24 años y mejorará. Pero sus errores han sido costosos en ocasiones este año.

Los ultras del PSG siempre han tenido problemas con la propiedad liderada por QSI que se hizo cargo del club hace más de 10 años. Los inversores, aunque muy ricos, han convertido al club en un gigante del marketing, que a menudo ha perdido el contacto con sus raíces parisinas. Los ultras han dado a conocer su descontento en varios momentos de los últimos años, agrediendo verbalmente a los jugadores tras la famosa remontada del Barcelona en 2017, e irrumpiendo en el campo de entrenamiento tras la eliminación de los parisinos en la Champions League ante el Manchester United dos años después.

Pero su enojo este año se ha concentrado en figuras controvertidas dentro del club. Los fanáticos comenzaron a abuchear a Messi en marzo, enojados con el argentino por su mala racha de actuaciones en 2023. Su descontento se ha intensificado desde entonces, sobre todo debido al viaje no autorizado de Messi a Arabia Saudita que lo vio suspendido por una semana. Todo llegó a un punto crítico a principios de mayo, cuando se reunieron frente a la sede del club y pidieron a la directiva que dimitiera. Otro grupo también se reunió frente a la casa de Neymar y profirió insultos contra el lesionado brasileño.

Todo es bastante tóxico.

Christophe Galtier parecía una contratación sólida antes de la temporada. El exentrenador de Lille y Nice había demostrado ser un buen estratega que se basó en la estructura defensiva para llevar a Lille al título de la Ligue 1 de 2021. Era un área clara de debilidad para el PSG, un equipo que se había vuelto irregular e inconsistente en la parte de atrás.

Al principio, las cosas fueron bien. Galtier desplegó un sólido sistema 3-4-3 que sacó lo mejor de Neymar, Messi y Mbappé, pero también mantuvo a los parisinos relativamente fuertes atrás. Pero una vez que las lesiones llegaron y los egos se hicieron cargo, el francés se derrumbó. Comenzó a jugar con sus formaciones y permitió que sus grandes personalidades dominaran las narrativas fuera del campo. Su debilidad con la prensa tampoco ayudó.

Queda por ver si realmente lo despedirán, pero parece que Galtier perdió su trabajo definitivamente en febrero. El PSG se derrumbó contra el Bayern de Múnich en la Liga de Campeones, al no poder pelear contra un equipo alemán que estaba soportando sus propias luchas. En este punto, Galtier está luchando por ganar y poniendo excusas a los jugadores en las conferencias de prensa.

En cambio, un entrenador sólido se ha perdido en un entorno inmanejable, uno que fundamentalmente es incapaz de controlar.

En serio, ¿quién pensó que Hugo Ekitike era una buena idea? ¿Qué tal Vitinha? ¿Renato Sanches llenó de confianza a alguien? Galtier siempre iba a necesitar mediocampistas físicos y trabajadores para complementar a sus tres delanteros desinteresados, pero también necesitaba calidad. El PSG es un equipo que lucha por la Liga de Campeones todos los años, bendecido con recursos financieros casi ilimitados.

Entonces, cuando Sanches, propenso a las lesiones, Vitinha que no llamaba la atención y Fabián Ruiz, que encajaba de forma extraña, entraron por la puerta en el mercado pasado, algunas cejas se levantaron. Todos estos son buenos jugadores de forma aislada, pero no tienen el nivel necesario para competir en el escenario europeo.

Algunas otras decisiones fueron recibidas con escepticismo. Ekitike fue un fichaje confuso. A los 20 años, y con 10 goles en 12 aperturas en el Reims cuando era un adolescente, parecía ser una perspectiva decente. Pero el PSG necesitaba un número 9 suplente que pudiera marcar goles. Ekitike siempre iba a ser demasiado joven y, francamente, todavía no lo suficientemente bueno.

Y eso ha demostrado ser el caso. Cada fichaje ha disfrutado de buenos momentos, con Fabián quizás haciendo lo suficiente para justificar la inclusión a largo plazo. Pero fueron fichajes confusos el verano pasado, y ahora se ven aún peor.

Luis Campos es una figura interesante. Tiene un excelente currículum de búsqueda y promoción de los mejores talentos europeos. También tiene una historia de éxito con Galtier, habiendo trabajado con él en Lille. Entonces, tenía sentido que se uniera al técnico como asesor deportivo, no como director deportivo, cuando asumiera el cargo en el PSG.

Pero Campos y Galtier, al parecer, nunca han descubierto cómo trabajar juntos en un escenario más grande. El primero ha socavado regularmente a Galtier en la prensa, hablando sobre el fiasco del rumor de transferencia de Mbappe en octubre, un acto con el que Galtier discrepó públicamente. Volvió a hacerlo más recientemente, pidiendo a Mbappe que "lo hiciera mejor" en una entrevista.

Según los informes, los dos también se han enfrentado en el vestuario. Se ha vuelto bastante difícil para Galtier hacerse cargo de este lado, por lo que tener otro ego para defenderse solo se ha sumado a sus problemas.

Desde que supuestamente solicitó una transferencia al Real Madrid en octubre, antes de negar públicamente que alguna vez quiso hacerlo, Mbappé ha tratado de comportarse en los últimos meses. Se ha ganado el amor de los fanáticos por insistir en que se quedará, mientras que sus actuaciones en el campo son prácticamente la única razón por la que el PSG ha logrado el título de liga.

Sin embargo, ha habido algunos problemas. Al PSG, por decirlo suavemente, no le fue muy bien en sus negociaciones para renegociar a Mbappé el año pasado. Cedieron un poder de jugador sin precedentes, convirtiendo al extremo francés en un director deportivo de facto, con control sobre la mayoría de las decisiones. Luego celebraron su nuevo contrato como si hubieran ejecutado una obra maestra de negociación.

Como era de esperar, el club ha sido empujado públicamente por el jugador. Tal fue el caso en abril, cuando el PSG hizo circular una campaña promocional de abonos. Mbappé era la cara principal del video, pero Messi y Neymar no se veían por ningún lado. Mbappe mató todo con una publicación de Instagram enojado. Estas son cosas pequeñas, pero para un club que suspira por la estabilidad, tener un jugador eclipsando a todos es una receta para el desastre.

The final issue here is that no one seems to know what happens next. Messi is sure to leave at this point; both the club and the fans have lost patience with him. Neymar, once again, could be available, but there's no guarantee that the Parisians could get a decent return for his services. Galtier, meanwhile, has had vague public support from the owner, without any assurances that his job will be safe.

Still, PSG have promised that there is a big summer to come. They have been released from the Financial Fair Play restrictions they never really seemed to respect, and will look to spend with some big names available. But it's unclear what, exactly, the Parisians want. They have serious interest in Bernardo Silva, who seems a shrewd signing to play as an attacking midfielder. Randal Kolo Muani, also linked, would be an excellent No.9 who could work well with Mbappe. Elsewhere, though, everything is up in the air. Galtier and Campos could all be out of a job within weeks, while a host of expiring contracts and returning loanees are yet to be sorted.

Clarity is such a valuable thing. PSG simply do not have it.