El origen del problema se remonta a un partido de La Liga contra el Rayo Vallecano en noviembre de 2023, cuando Bellingham sufrió una dislocación en el hombro izquierdo y fue baja por cuatro encuentros. Aunque logró volver al campo, se le veía frecuentemente usando una abrazadera en el hombro, lo que indicaba que la lesión no estaba completamente curada.
En las temporadas siguientes, Bellingham siguió jugando a pesar del dolor, realizando actuaciones clave tanto para el Real Madrid como para la selección inglesa. Sin embargo, las preocupaciones sobre las consecuencias a largo plazo de no intervenir quirúrgicamente llevaron finalmente a tomar esta decisión.