Inglaterra está muy por detrás de la deslumbrante España y debe dar un golpe sobre la mesa contra Serbia en la primera prueba real para Thomas Tuchel

Las diferentes trayectorias que España e Inglaterra han tomado desde la final de la Eurocopa ponen en duda la decisión de la Asociación de Fútbol (FA) de nombrar a un técnico externo como Tuchel en lugar de un constructor de cultura que conozca el fútbol nacional a fondo, como ha hecho La Roja con Luis de La Fuente. 

El trasfondo del entrenador de España es sorprendentemente similar al de Gareth Southgate, el predecesor de Tuchel, y al del entrenador interino Lee Carsley. De La Fuente ha estado trabajando para la federación de fútbol española desde 2013, entrenando a los Sub-19, los Sub-21 y el equipo olímpico antes de tomar las riendas del equipo senior de manos de Luis Enrique -inicialmente con muchas críticas- después de que España fuera eliminada en el Mundial de 2022 por Marruecos en los octavos de final. 

De La Fuente ganó el Campeonato Europeo Sub-19 en 2015 con un equipo que incluía a jugadores actuales como Unai Simón, Rodri y el héroe del hat-trick en la victoria contra Turquía, Mikel Merino, así como Marco Asensio y Dani Ceballos. Cuatro años más tarde, hizo lo mismo con los Sub-21, con algo de superposición con su equipo Sub-19 pero también nuevas caras que ahora son jugadores clave en su escuadra senior como Dani Olmo, Fabian Ruiz y Mikel Oyarzabal (el anotador del gol de la victoria en la final de la Euro 2024). 

En los Juegos Olímpicos de Tokio, España llegó a la final antes de perder contra Brasil, y De la Fuente trabajó con Marc Cucurella, Martin Zubimendi y Pedri, quienes todos jugaron un papel en la goleada a Turquía. Y desde que dejó el equipo juvenil y se convirtió en entrenador del equipo senior, De La Fuente ha seguido dando grandes responsabilidades a jóvenes jugadores como Lamine Yamal, Nico Williams y Dean Huijsen, y ha sido recompensado por ello, ganando la Liga de Naciones 2023 antes de asegurar el título de la Eurocopa.

De La Fuente no solo conoce a los jugadores a la perfección, sino que también tiene muy claro el estilo de fútbol que debería jugar España. Eso se debe a sus 12 años trabajando en la sede de la federación y a que el estilo de España está tan definido que apenas tiene que imponerlo.

Es mayormente leal al juego de posición que fue perfeccionado por el equipo de Vicente del Bosque, que contaba con Xavi, Sergio Busquets y Andrés Iniesta. La actuación contra Turquía, en particular el sublime segundo gol marcado por Merino, recordó mucho al gran equipo español que dominó el fútbol mundial entre 2008 y 2012.

Y, sin embargo, De la Fuente no es tan dogmático como entrenadores anteriores y está listo para adaptarse a las circunstancias. Como explicó durante la Eurocopa 2024: "Mi idea es jugar partidos para ganarlos, independientemente de cómo juguemos. Hay momentos en los que tienes que tomar la iniciativa y otros en los que tienes que saber jugar con otros recursos."

De La Fuente también se diferencia de Del Bosque y Luis Aragonés al elegir de un grupo mucho más amplio que ese equipo icónico, que estaba compuesto principalmente por jugadores del Barcelona y el Real Madrid. Once clubes estuvieron representados en el once inicial y los suplentes el domingo, desde los sospechosos habituales Barça y Madrid hasta el Tottenham y el Rayo Vallecano.

Tuchel ha tomado un enfoque diferente, inclinándose más hacia jugadores experimentados que hacia la próxima generación. Sí, Myles Lewis-Skelley fue una convocatoria audaz a principios de este año y Elliot Anderson hizo su debut contra Andorra, pero también ha habido algunas inclusiones extrañas como Jordan Henderson, Marcus Rashford y, sobre todo, el regreso de Ruben Loftus-Cheek. En otras palabras, jugadores cuyos mejores días están firmemente en el pasado.

El hecho de que Tuchel pueda estar solo hasta la Copa del Mundo explica fácilmente esta visión a corto plazo, pero es contraproducente para la salud a largo plazo de Inglaterra como nación futbolística. Su nombramiento efectivamente desechó todo lo que la FA parecía haber estado construyendo bajo Southgate.

Southgate había llegado al final del camino para Inglaterra después de ocho años al mando y tanto él como cualquier otro necesitaban un descanso. Pero recurrir a Tuchel en lugar de Carsley envió un mensaje de que lo único que importa es la gloria a corto plazo, sobre todo ganar la Copa del Mundo. Llegar hasta el final en Estados Unidos, México y Canadá es por supuesto lo que todo aficionado quiere también. Los niños sueñan con levantar la Copa del Mundo, no con estrategias optimizadas en St George's Park.

Sin embargo, el hecho de que Inglaterra esté teniendo dificultades para funcionar bajo Tuchel, nueve meses después de su llegada y en medio de su tercer campamento, es preocupante. No hay señales de un estilo de juego claro y fue revelador que después del partido contra Andorra dijo a los periodistas cuán importantes serían los balones largos y los saques de banda largos para su equipo en el Mundial.

El entrenador tampoco está cumpliendo con muchas de las promesas que ha hecho desde que consiguió el trabajo. Antes de su primer partido contra Albania, Tuchel criticó las actuaciones de Inglaterra durante la mayor parte de su camino hacia la final de la Eurocopa 2024, lamentando la falta de identidad.

"No el verano pasado, no [no tenían un estilo de juego claro]. La identidad, la claridad, el ritmo, la repetición de patrones, la libertad de los jugadores, la expresión de los jugadores, el hambre [faltaban]", explicó a ITV. "Estaban más temerosos de salir del torneo, en mi observación, que emocionados y hambrientos de ganarlo. Lo que ha faltado es que la gente sienta que ese es el equipo a vencer. Que llegamos con un grupo para vencer. Que ya sabemos cuando llegamos, una vez nos clasificamos y llegamos, que todos saben que este es el equipo a vencer."

Pero el equipo de Inglaterra de Tuchel no parece en absoluto el equipo a vencer en este momento. Han tenido dificultades para vencer a algunos de los equipos de menor rango en el mundo y sufrieron una derrota embarazosa en un amistoso contra Senegal en junio. El equipo del alemán ha marcado nueve goles en sus cinco partidos hasta ahora, a pesar de jugar contra equipos débiles como Andorra, Letonia y Albania. 

Inglaterra está bien encaminada para llegar al Mundial, pero no está inspirando a sus propios aficionados ni preocupando a otros equipos. Tuchel aún tiene que justificar su salario de £5 millones al año y su excusa principal ha sido que los equipos a los que se ha enfrentado hasta ahora se han plantado con bloques defensivos y les han dado poco espacio para trabajar.

Parecía estar adelantándose a esa excusa antes del enfrentamiento del martes con Serbia, también, cuando advirtió: "Nos enfrentaremos a la misma formación que contra Andorra: el bloque defensivo de 5-4-1 con calidad individual al frente con delanteros altos y físicos."

Dusan Vlahovic, Luka Jovic y el conocido Aleksandar Mitrovic son los delanteros que someterán a la defensa de Inglaterra a mucha más presión de la que enfrentaron contra Andorra, cuando Jordan Pickford no tuvo que hacer una sola parada.

Pero no puede haber excusas para que Inglaterra no esté a la altura del desafío. Serbia será probablemente el mejor equipo al que se han enfrentado desde la Eurocopa 2024 y son sus principales rivales para terminar en la cima del grupo y asegurar automáticamente su lugar en el Mundial. 

Un empate sería en teoría un buen resultado y mantendría la ventaja de cinco puntos sobre Serbia, que aún tiene un partido pendiente. Pero dado el mandato de Tuchel y la ambición de Inglaterra de ganar el Mundial, se debe exigir una victoria. Y una convincente además.

Serbia ocupa el puesto 32 en el mundo, cinco lugares por debajo de Turquía. Y si Inglaterra quiere rivalizar con España como los principales contendientes el próximo verano, entonces deben seguir el ejemplo de La Roja y establecer su propia marca. Tuchel ya ha dicho que el tiempo para experimentos ha terminado; también lo es el tiempo para excusas.