Vinicius estaba tan comprensiblemente enojado que Carlo Ancelotti incluso consideró sacarlo. "No era una sola persona la que gritaba", señaló el técnico italiano. "Era una multitud. Hay que detener el partido. No se puede continuar, es imposible. Le dije al árbitro que lo iba a sustituir. Nunca antes había pensado en sacar a un jugador porque los aficionados lo insultaban. Estoy muy molesto. Lo único que quiere es jugar al fútbol. No está enojado, sino triste".
Vinicius estaba enojado, sin embargo, y cuando el juego se reanudó después de un retraso de 10 minutos, la indignación se apoderó de él. Durante una pelea en el tiempo de descuento, fue expulsado por arremeter contra el delantero del Valencia Hugo Duro, que se libró del castigo a pesar de haberle hecho una llave de cabeza a Vinicius previamente.
"¡El premio que ganaron los racistas fue mi expulsión!. No es fútbol. Es La Liga", escribió el internacional brasileño en Instagram después.
Luego fue más allá al afirmar que "el campeonato que fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi hoy pertenece a los racistas. Una nación hermosa, que me acogió y que amo, pero que aceptó exportar la imagen de un país racista al mundo. Lo siento por los españoles que no están de acuerdo, pero hoy, en Brasil, España es conocida como un país de racistas. Y, lamentablemente, por todo lo que sucede cada semana, no tengo defensa. Estoy de acuerdo. Soy fuerte y llegaré hasta el final contra los racistas. Aunque sea lejos de aquí".
Esa última línea fue objeto de un intenso debate, ya que insinuaba que Vinicius podría incluso abandonar España para escapar del incesante abuso racial.