Hace poco más de dos años, la Europa League se sentía como la gota que había colmado el vaso en la carrera de Harry Maguire en el Manchester United. Parecía que no había vuelta atrás para él después de sus desastrosas actuaciones en la eliminación de cuartos de final del United a manos del Sevilla. Pero habiendo ya cambiado la narrativa de su tiempo en Old Trafford de desastre a redención el año pasado, Maguire ha emergido como el héroe de culto en el viaje apasionante del United a la final de la Europa League de esta temporada, su abanderado más improbable mientras se dirigen a Bilbao para enfrentar al Tottenham.
Las contribuciones defensivas de Maguire han sido clave para que el United siga siendo el único equipo invicto en las tres competiciones europeas, y sin embargo, son sus contribuciones ofensivas las que han destacado más y lo que lo convierte en el arma no tan secreta de Ruben Amorim contra el Tottenham.
Ahora que es una fuerza formidable en ambas áreas y una de las figuras más influyentes para el United mientras se preparan para el partido que podría salvar su desastrosa temporada, vale la pena recordar aquel angustioso enfrentamiento con el Sevilla en abril de 2023 que parecía ser la última aparición de Maguire para los Red Devils. Sin duda, pone su asombroso cambio en contexto...








