Gastar 10 millones de euros en Trent Alexander-Arnold, retrasar cirugía de Jude Bellingham y el ambicioso plan del Real Madrid para ganar el Mundial de Clubes

Era el secreto peor guardado del fútbol durante la segunda mitad de la temporada: Trent Alexander-Arnold estaba listo para dejar el Liverpool y unirse al Real Madrid. Sin embargo, ni el aficionado más optimista de los Reds habría imaginado que recibirían un ingreso por su agente libre inminente.

La mayoría pensaba que Alexander-Arnold tomaría un mes de descanso antes de incorporarse al Madrid el 1 de julio, con el inicio del nuevo calendario futbolístico. Pero tras la confirmación de su salida del Liverpool, surgieron reportes que indicaban que Los Blancos estaban interesados en negociar una liberación anticipada de su contrato para aprovechar la ventana de transferencias previa al Mundial de Clubes de la FIFA.

Aun así, fue una sorpresa cuando se confirmó que el Madrid había pagado 10 millones de euros por el lateral derecho formado en la cantera de Liverpool. Para los Reds, fue un impulso inesperado para sus finanzas, pero para el Madrid representó una declaración clara de intenciones de cara al torneo de este verano.

Alexander-Arnold es un talento de élite, y con Dani Carvajal aún en proceso de recuperación tras la lesión de ligamento cruzado sufrida en octubre, el Madrid no contaba con un lateral derecho completamente en forma para viajar a Estados Unidos. Podrían haber esperado a que Alexander-Arnold cumpliera el último mes de su contrato en Merseyside y sumarlo para las rondas eliminatorias, pero el Madrid quería contar con él de inmediato, dispuesto a pagar más de 3 millones de euros por cada posible aparición en la fase de grupos para tenerlo desde el inicio.

Sin duda, el Madrid podría haber superado el grupo que incluye a Al-Hilal, Red Bull Salzburgo y Pachuca sin el internacional inglés, pero Alexander-Arnold los convierte en un equipo más competitivo desde el arranque. Su llegada también facilitará al nuevo entrenador Xabi Alonso empezar a implementar sus ideas tácticas con mayor antelación. En cualquier caso, esta jugada envía un mensaje claro: el Madrid va en serio este verano.

No hay otra forma de decirlo: la defensa del Madrid fue deficiente el año pasado. Pasaron la mayor parte de la temporada con Raúl Asencio y Antonio Rüdiger como sus únicos centrales completamente en forma, y aun así Rüdiger jugaba con solo una rodilla sana y tuvo que someterse a una cirugía antes de que terminara la campaña. Durante la temporada, Carvajal, Éder Militão y David Alaba sufrieron lesiones de larga duración, mientras que Ferland Mendy nunca pudo mantenerse en forma más de un par de meses seguidos. La defensa del Madrid estaba diezmada, y eso se notó.

Aunque Alexander-Arnold es una adición importante a la línea defensiva, se espera que la llegada de Dean Huijsen ayude a reforzar esa defensa porosa. En el transcurso de un año, Huijsen pasó de ser un jugador poco valorado en la Juventus a convertirse en uno de los defensas más codiciados de Europa tras su temporada debut en Bournemouth. El alto central español ya ha demostrado ser un defensor muy sólido y posee todas las cualidades para convertirse en un jugador de clase mundial. Con solo 20 años, aún tiene un gran margen de crecimiento, razón por la cual Liverpool y Chelsea estaban interesados en ficharlo antes de que el Madrid activara su cláusula de rescisión de 50 millones de euros.

Fue presentado oficialmente en el Santiago Bernabéu el 9 de junio, donde el presidente Florentino Pérez lo calificó como "uno de los grandes jugadores que ha surgido en el fútbol en los últimos años". Huijsen tendrá la oportunidad de demostrarlo este verano.

El Madrid casi sumó una tercera incorporación joven al equipo de Xabi Alonso tras ganar la carrera al Paris Saint-Germain por el talentoso adolescente de River Plate, Franco Mastantuono, por quien están pagando 40 millones de euros. El club quería que el joven de 17 años se uniera a ellos en Estados Unidos, pero River rechazó la propuesta para mantenerlo en su plantilla durante el Mundial de Clubes.

Mira todos los partidos del Mundial de Clubes de la FIFA gratis en DAZN

Ver ahora

Quizás el movimiento más revelador del verano para el Real Madrid, en cuanto a la seriedad con la que toman la Copa Mundial de Clubes, sea la decisión de seguir posponiendo la tan esperada cirugía de hombro de Jude Bellingham. El mediocampista inglés sufrió una lesión parcial de dislocación en el hombro en noviembre de 2023, durante un partido contra el Rayo Vallecano. En aquel momento se perdió algunos encuentros y, según medios españoles, requeriría una operación. Sin embargo, Bellingham ha seguido jugando a pesar del dolor, usando un fuerte vendaje en su hombro izquierdo por más de un año.

Pese a que los médicos le han recomendado rutinariamente someterse a la cirugía, el apretado calendario del club no le había dado margen para realizarla. Con la incertidumbre aún vigente sobre el futuro global del Mundial de Clubes, este verano parecía la ventana ideal para recuperarse a tiempo y llegar en óptimas condiciones para el inicio de la temporada 2025-26, además de encarar la Copa del Mundo de 2026 sin molestias.

No obstante, tanto el Madrid como Bellingham han acordado aplazar la operación hasta después de la Copa Mundial de Clubes, garantizando así su disponibilidad para el torneo de un mes que se disputará en América. Como consecuencia, se perderá el resto de la pretemporada y posiblemente los primeros dos meses de la nueva campaña. Es un riesgo evidente que el club está dispuesto a asumir, dejando clara la prioridad que tienen los títulos en sus objetivos inmediatos.

Y mientras un centrocampista del Madrid espera un descanso muy necesario, otro se ha unido al equipo cuando se le habría perdonado por descansar y prepararse para el próximo capítulo de su ilustre carrera.

Cuando Luka Modrić salió del campo del Bernabéu con lágrimas en los ojos en mayo, se asumió que había jugado su último partido para el Madrid. Parecía la despedida perfecta: recorrer el césped de esa gran catedral del fútbol y concluir su brillante carrera en casa, con la camiseta blanca. Pero aparentemente no fue así.

Mientras Modrić, próximo a quedar libre, está cerca de cerrar un movimiento al AC Milan para ayudar a llenar el enorme vacío que dejó la salida de Tijjani Reijnders al Manchester City, el croata se queda con el Madrid para disputar el Mundial de Clubes. Dado que jugó poco durante la temporada y que sus piernas ya algo gastadas podrían no rendir mucho bajo el intenso calor estadounidense, tener a Modrić en un equipo que Xabi Alonso intenta moldear a su imagen parece innecesario. Pero, mirando con más detenimiento, es un movimiento que tiene sentido para un Madrid decidido a ganar.

Modrić aporta experiencia veterana. Con Toni Kroos fuera y una columna vertebral por lo demás bastante joven, Alonso podría necesitar a alguien de su confianza para ayudar a implementar sus ideas iniciales. Después de todo, él y Modrić fueron compañeros en el Madrid, por lo que contar con alguien en quien confiar, aunque sea por unas semanas, podría ser vital a largo plazo.

El Real Madrid tiene dos motivos clave para esforzarse al máximo por ganar el Mundial de Clubes. En primer lugar, dentro del terreno de juego, este es un equipo que viene de una temporada decepcionante y sin títulos. Finalizaron en un distante segundo lugar detrás del Barcelona en La Liga, perdieron ante los blaugranas en las finales de la Copa del Rey y la Supercopa, y fueron eliminados por el Arsenal en los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Al cierre de la campaña, lo único que realmente destacaba en el Madrid era Kylian Mbappé y su lucha por la Bota de Oro europea. Sin embargo, ese galardón llegó tras una temporada de debut en la que la presencia del delantero francés parecía descolocar a las demás estrellas ofensivas del equipo, al punto que Vinicius Jr., Rodrygo y Bellingham anotaron solo siete goles combinados en La Liga desde el inicio del año.

Esa caída en rendimiento motivó la salida de Carlo Ancelotti y la llegada de Xabi Alonso, quien ahora tiene la tarea de supervisar prácticamente una campaña de pretemporada donde no solo importan las actuaciones, sino también los resultados. Aún está por verse si optará por su formación favorita 3-4-2-1 o si mantendrá el 4-3-3 que tantas glorias le ha dado al club, pero en cualquier caso, su prioridad debe ser encontrar un sistema que potencie al máximo a Mbappé y Vinicius.

Si Alonso logra esa mejora inmediata, no cabe duda de que el Madrid tiene el talento para llegar lejos este verano. Sin embargo, por ahora, eso sigue siendo una gran incógnita.

Pero quizás la principal motivación detrás de la aparente urgencia del Real Madrid por conquistar la Copa Mundial de Clubes es el importante incentivo económico que aguarda a los campeones. Resulta revelador que Carlo Ancelotti, un técnico que no suele involucrarse en las finanzas del fútbol de élite, haya mencionado cuánto estaba destinado a ganar el club por participar, como parte de sus argumentos para justificar la posible negativa a competir. No sería exagerado pensar que el italiano estaba replicando un debate interno que circulaba entre la directiva del Madrid respecto a su posible participación.

Las estimaciones iniciales de Ancelotti han quedado superadas. En lugar de recibir solo 20 millones de euros por todo el torneo, ahora se espera que el Madrid obtenga una remuneración superior a 30 millones de euros, además de premios económicos adicionales conforme avance en las fases. Si el equipo de Xabi Alonso gana los tres partidos de la fase de grupos, embolsaría alrededor de 6 millones de dólares, aproximadamente la mitad del monto que pagaron por Alexander-Arnold para esos encuentros. Y si se coronan en la final del 13 de julio, podrían llevarse a casa hasta 130 millones de dólares.

Un incentivo financiero de tal magnitud sin duda llama la atención de Florentino Pérez y la junta directiva, por lo que ganar en suelo americano se ha convertido en algo más que un tema de prestigio para los 15 veces campeones de Europa. Ser coronados como los mejores del mundo implica un reconocimiento deportivo y económico, que justifica plenamente asumir ciertos riesgos para lograrlo.