Barcelona 2009 Argentina 2022 16:9GOAL

¿Están "cerquita" como dice Messi? Similitudes y diferencias entre la Scaloneta y el Barcelona de Guardiola

En el fútbol no existen las verdades absolutas y todo es materia de discusión. Las distintas épocas y estilos y la escasez de material audiovisual que permita atestiguar de primera mano lo que sucedía en el césped hasta prácticamente la década de 1970, además, pueden engañar la perspectiva a la hora del debate sobre los grandes equipos y jugadores de la historia. Sin embargo, pocos argumentos podrá esgrimir quien quiera negar que el Barcelona de Josep Guardiola es uno de los mejores equipos que alguna vez saltaron a un campo de juego para patear una pelota en busca de introducirla en el arco rival.

Y para Lionel Messi, nada más ni nada menos, la actual Selección argentina está "muy cerquita" de aquel Blaugrana que -para Leo no hay discusión- "es el mejor equipo de la historia". Una comparación que no sólo muestra hasta qué punto disfruta el capitán su actualidad en el combinado nacional, sino que pone en perspectiva cuánto vale lo que se construyó en la Albiceleste de la mano de Lionel Scaloni a lo largo de los últimos cinco años.

Pero, más allá de las palabras del Diez, ¿es válida la comparación? ¿Hasta qué punto puede ponerse la Scaloneta a discutirle mano a mano al Barca de Pep?

  • Pep Guardiola Messi BarcelonaGetty

    Un poco de perspectiva

    Los logros de Argentina en el último lustro están al alcance de la mano: campeón del Mundo y de América y vencedor por demolición de la Finalissima contra la Italia ganadora de la Eurocopa y con una sola derrota en los últimos cuatro años, el equipo de Scaloni viene en un crecimiento sostenido desde que a mediados de 2021 cortó la racha de 28 años sin títulos para la Albiceleste (más allá del oportuno tropiezo contra Arabia Saudita en el debut en Qatar 2022) y no parece encontrar techo.

    Lo que consiguió el Barcelona de Guardiola 15 años atrás, en tanto, puede quedar un poco lejos en la memora. Pep asumió como entrenador del club catalán a mediados de 2008 y en su primera temporada en los banquillos de un plantel profesional logró ganó la Liga, la Champions, la Copa del Rey y las Supercopas de España y de Europa. Además, a fines de 2009 se quedaría también con el Mundial de Clubes, para conseguir lo que nadie había logrado hasta el momento en la historia, seis títulos en el mismo año calendario. Aunque no lo dijo específicamente, a ese equipo del Sextete se refiere Messi como "el mejor de la historia".

    El ciclo del técnico de Sanpedor en el Barca se extendería por cuatro temporadas, hasta mediados de 2012, en los que ganaría otras dos Ligas, una Copa del Rey, dos Supercopas de España, una Champions, una Supercopa de Europa y un nuevo Mundial de Clubes. Más allá de los trofeos, aquel equipo dejó un legado que se extiende hasta la actualidad y revolucionó por completo la escena futbolística.

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  • Xavi Iniesta Busquets Barcelona 2009 De Paul Enzo Fernandez Argentina 2022GOAL / Getty

    Las similitudes

    A la hora de encontrar puntos en común, además de la obvia coincidencia de tener a Messi como factor diferencial, lo que más destaca es la capacidad de ambos equipos para imponer sus condiciones en los partidos: el Barca de Pep sometía desde la posesión y la Scaloneta, desde su facilidad para asociarse en ataque.

    Otra cuestión central está en la mitad de la cancha: la filosofía de ambos equipos se gesta desde el mediocampista central y los dos internos. Tres futbolistas por lado, todos con buen manejo de pelota, todos con capacidad de dar pases verticales, todos con mucha inteligencia para ocupar espacios y todos dispuestos a participar de la fase defensiva del juego. Sin entrar en comparaciones odiosas sobre el nivel individual de cada jugador, De Paul, Mac Allister y Enzo Fernández son a la Albiceleste lo que Iniesta, Xavi y Busquets al Blaugrana.

    Además, más allá del sistema táctico elegido, los dos entrenadores armaron sus equipos con perfiles de futbolistas similares: una dupla central fuerte, un lateral de corte marcadamente ofensivo y otro más equilibrado y un centrodelantero capaz de participar de la primera presión defensiva.

    También es remarcable la gran capacidad de ambos entrenadores para explotar las falencias de los rivales. Tanto Guardiola como Scaloni estudian meticulosamente al equipo que enfrentarán y no titubean a la hora de realizar cambios tácticos que sorprenden a los ajenos. Dos ejemplos los pintan a la perfección: el día que, en pleno Santiago Bernabéu, Pep inventó a Messi de falso nueve para aprovechar los espacios entre los mediocampistas del Real Madrid que saltaban a presionar a Xavi e Iniesta y los centrales que se quedaban retrasados cerca del área y el Blaugrana goleó 6-2 para encaminar el título de Liga (una anécdota brillantemente rememorada en el libro "Herr Pep" de Martí Perarnau); y la final del Mundial en la que el técnico argentino plantó a Ángel Di María como extremo izquierdo cuando nadie lo esperaba y rompió por completo la estrategia de Francia desde el primer minuto del encuentro.

    Además, un ítem que puede parecer anecdótico pero muestra cómo los dos equipos se conformaron con una amalgama perfecta entre experiencia y juventud está en el promedio de edad de ambos planteles: el Barcelona del Sextete tenía 27,2 y la Argentina que se coronó en Qatar, 28,4.

  • Guardiola 2009 Scaloni 2022GOAL / Getty

    Las diferencias

    Está claro que esta Argentina y aquel Barcelona no juegan igual al fútbol. El equipo de Pep hacía un culto de la pelota: cuando se defendía hacía todo por recuperarla y cuando la tenía, su objetivo principal era no perderla. Presión tras pérdida en toda la cancha, juego estacional en toda la amplitud del campo hasta encontrar el espacio y explosión en los metros finales. Tiki Taka. La Scaloneta, en tanto, quiere tener la posesión, pero no se desespera por conseguirla: la presión es en momentos y lugares específicos, la posesión no llega a ser cansina, las asociaciones se dan principalmente en zonas centrales y los ataques muchas veces son directos. El segundo gol a Francia es el ejemplo eterno de cómo se puede comportar el equipo en la fase defensiva, la transición y el ataque. Un enfoque mucho más cercano al que históricamente caracterizó al fútbol argentino. La Nuestra.

    "En esto soy muy egoísta. El balón lo quiero para mí, y si el contrario lo tiene no le espero, se lo voy a quitar, que sepa que se lo voy a quitar, que voy a por él. Como entrenador, yo vivo más tranquilo cuando juego en el campo contrario que cuando lo hago en mi campo", resumió su filosofía Guardiola durante una charla que brindó en Buenos Aires en 2013, un año después de su salida de Barcelona.

    "Cuando asumimos, el perfil de jugador que convocábamos era un perfil bastante vertical.Con el correr de los partidos, y en vista de los jugadores que destacaban, nos dimos cuenta de que tal vez había que dar un cambioy poner jugadores de buen pie, que jueguen todos bien y que eso iba a llevar a que todos jueguen mejor. Pero no hay una selección que domine el 70, 80% del partido, lo que sí hay son equipos que pretenden llevar el gasto del partido. Hay momentos que hay que atrincherarse, sentirse que estamos en dificultad. Antes cuando Argentina jugaba contra un equipo de los denominados ‘más débiles’ si te tenían la pelota dos minutos ya te preocupaba. Pero eso hoy no tiene por qué preocuparnos", definió Scaloni en el podcast La Selecta unos meses antes del Mundial de Qatar.

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  • Messi Barcelona 2009 Argentina 2022GOAL / Getty

    El Messi de Pep vs. el Messi de Scaloni

    Cuando Guardiola asumió al frente del primer equipo de Barcelona tomó una decisión que cambiaría la historia del club y del fútbol: le pidió a la directiva que se desprendiera de Ronaldinho, la estrella del equipo, y le dio la camiseta número 10 a Lionel Messi. Y con la confianza plena del entrenador, el rosarino pasó de ser un jugador con potencial para ser el mejor del mundo a convertirse efectivamente en el mejor del mundo: a mediados de 2009, de hecho, ganó su primer Balón de Oro.

    Aquel Leo, que recién pasaba los 20 años, era pura explosión. En la mayor parte de aquella temporada 2008/09 partía como extremo por la derecha para hacer la diagonal hacia el centro después de dejar en el camino a cuanto rival se le pusiera enfrente, aunque también Pep empezó a probarlo como falso nueve, una posición que adoptaría definitivamente a mediados de la temporada 2009/10 y en la que llegaría a su prime un par de años más tarde, cuando marcó 91 goles a lo largo de todo 2012.

    15 años más tarde, el Diez ya no es el mismo tipo de futbolista, pero algo se mantiene: Leo está a punto de recibir el octavo Balón de Oro de su carrera. Y si el primero fue por lo hecho en su club, este será casi exclusivamente por lo que mostró en el último tiempo con la camiseta de la Selección, el lugar donde es feliz desde que se fue del Barca.

    Messi ya no tiene la velocidad de cuando lo dirigía Guardiola, pero es un jugador mucho más completo. Sin haber perdido ni una gota de habilidad, el desequilibrio que antes conseguía por su capacidad física, ahora lo logra por su inteligencia y su capacidad de engaño. Antes, todos sabían qué iba a hacer Leo cuando agarraba el balón y nadie podía pararlo. Ahora, nadie sabe para dónde va a salir cuando recibe. Y si no, que le pregunten a Josko Gvardiol, que todavía lo anda buscando contra la banda derecha en Lusail.

    Desde lo posicional, en tanto, su rol en Argentina es mucho más libre que antaño. Casi como el de un enganche, una posición que dicen extinta pero que el rosarino lleva en las venas como heredero de los mejores números 10 de la historia del fútbol nacional.

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