El sueño de Joao Félix se hace realidad y el portugués reconstruye su carrera en el Barcelona

El paso de Félix del Benfica al Atlético de Madrid en 2019 por 126 millones de euros no tenía mucho sentido. Era el tipo de mediocampista ofensivo muy poco físico que a Diego Simeone le encantaba enfrentar en lugar de tenerlo en su propio equipo. Pero el Atleti tenía dinero después de que el Barcelona le diera 120 millones de euros pagando la cláusula de rescisión de Antoine Griezmann (otro negocio inmensamente fallido). Muchos otros clubes estaban detrás de Félix, pero el propio centrocampista admitió que el Metropolitano ofrecía "las mejores condiciones para progresar". Sin embargo, siempre fue un fichaje cuestionado, y así resultó ser.

Félix anotó 34 goles y dio 16 asistencias a lo largo de cuatro años en el Atleti, pero nunca se convirtió en un jugador crucial para Simeone. A menudo lo mandaban al banquillo en los partidos importantes y públicamente no estaba de acuerdo con su entrenador.

Simeone, por su parte, aprovechó los medios para cuestionar el compromiso del jugador. Félix nunca tomó bien las críticas y terminó frustrándose al ver que futbolistas con menos talento saltaban al campo antes que él. Los detractores, al parecer, tenían razón.

Quedó claro, en el minuto 57 del debut de Félix en el Chelsea, que el delantero nunca iba a funcionar en Londres. La entrada que le llevó a ser expulsado ante el Fulham fue algo desafortunada y no pudo tener ninguna queja cuando el árbitro David Coote le mandó a los vestuarios antes de tiempo. Y Joao nunca mejoró a partir de ahí.

Marcó cuatro goles y realizó una serie de actuaciones prometedoras, pero nunca las suficientes para rescatar a un lánguido equipo del Chelsea. Durante algunas semanas hubo una especie de visión de que podría encajar en el desordenado ataque de los Blues, ya que tenía cierto entendimiento con Enzo Fernández. Pero los Blues no tenían el dinero o, lo que es más importante, el deseo de ficharle con un contrato permanente. Al menos no por los 100 millones de euros que exigía el Atlético. Se daba por sentado, llegados a ese punto, que Félix regresaría al Atleti y comenzaría otro triste ciclo en la capital española.

Lo que pasó después cambió las cosas. Félix concedió una entrevista exclusiva al periodista Fabrizio Romano sobre diversos temas. Pero la frase que llamó la atención fue la relacionada con su deseo de irse al Barcelona: "Barcelona siempre ha sido mi primera opción y me encantaría jugar allí". Por supuesto que funcionó.

Simeone, indignado, criticó duramente a Félix en una entrevista, mientras el jugador permaneció al margen de la plantilla del Atleti durante toda la pretemporada, siendo despojado de su dorsal. Rápidamente quedó claro que el Barça estaba poniendo sus finanzas en orden para ficharlo en calidad de cedido.

Los blaugrana tuvieron que esperar hasta las últimas horas de la ventana de mercado de verano pero finalmente lograron cerrar el trato.

Su llegada a Cataluña parecía un ajuste táctico interesante, aunque imperfecto. Xavi ha formado un Barça extraño, a diferencia de los equipos españoles más exitosos de los últimos años. La temporada pasada, fueron una unidad unida y disciplinada. Marcó menos goles que el Real Madrid, segundo clasificado, y encontró el fondo de la red al mismo ritmo que el Atleti. En cambio, fueron inmensos en el otro extremo, impulsados por la defensa más efectiva de Europa.

Tenía cierto sentido traer una presencia creativa para contrarrestar eso, pero la falta de sacrificio de Félix parecía estar fuera del ajuste táctico del Barça. La lógica era que encajaría en el mediocampo del Barça, peleando un sitio con Gavi, Pedri e Ilkay Gundogan, a ninguno de los cuales es fácil dejar en el banquillo. Además, todos parecían encajar mejor tácticamente.

Gavi es un mediocampista 'eléctrico', que muerde los tobillos rivales y que está en su mejor momento cuando no tiene el balón. Ilkay Gundogan es a partes iguales el número 10 y el número 8, un pasador talentoso con predilección por encontrar la asistencia perfecta y trabajar en espacios reducidos. Y Pedri es lo más parecido a Andrés Iniesta que ha tenido el Barcelona en años. Aun así, Félix puede añadir una chispa en el último tercio.

Lewandowski criticó el sistema de su equipo después del empate con el Getafe en el primer fin de semana de la campaña, afirmando que "a veces no jugamos con suficientes jugadores de ataque, no tengo apoyo". Y tenía razón. Lewandowski quedó atrapado en una isla, sin ocasiones claras. Y ahí es donde entra Félix. El portugués brilla ejerciendo como segundo punta, haciendo las cosas creativas en torno a un centrodelantero puro. Su problema, desde hace algún tiempo, es que esos sistemas ya no existen. Los mejores de Europa juegan cada vez más con dos jugadores de banda y quizás con un número 10. Félix puede ocupar esos espacios, pero no prospera allí.

Y quizás aquí es donde finalmente se relanza la carrera de Félix, a sus 23 años. Tal vez este rol reinventado le permita desarrollar todo su potencial.

Un breve vistazo a Félix, en cualquier partido y en cualquier equipo, hace que su calidad sea innegable. Hay muy pocos jugadores que sean técnicamente mejores que él. Este podría ser el lugar donde esa habilidad, lo que se ve en los videos de 'highlights', se traduzcan en algo más allá de compilaciones de YouTube.

Sin embargo, hay complicaciones. Félix parece un jugador situacional perfecto, ideal para partidos de La Liga. El Betis fue una prueba perfecta. Granada, Las Palmas e incluso el Atlético ofrecerán oportunidades similares porque son equipos que se cierran atrás contra el Barça. Pero aún está por verse cómo le irá en la Liga de Campeones y en los partidos más importantes de La Liga.

Son partidos que exigen que los equipos defiendan con 11, o corren el riesgo de quedar expuestos. El Barça tendrá que ser mejor defensivamente en esos encuentros y quizás esté más preparado para recurrir a Gundogan o Pedri. Félix tendrá que lidiar con eso.

También están los problemas financieros. El Barcelona ha tomado algunas medidas para recortar su presupuesto y gastó muy poco en el mercado de fichajes este verano. Y ha liberado algo de espacio en su masa salarial con varias salidas. Aun así, no podrán pagar el precio que el Atlético espera por Joao Félix. No estuvieron dispuestos a poner una opción de compra en su contrato, y no se habló de una tarifa de transferencia 'barata' para el próximo verano. Ya no es un jugador cuyo valor alcance los 100 millones de euros, pero sigue siendo un futbolista caro que el Barcelona no se puede permitir.

Y ese, en términos más generales, es el verdadero problema de Xavi. Félix podría ser un jugador de impacto para los blaugrana, el tipo de opción que será útil para vencer a muchos equipos y brindar momentos de inspiración contra otros más importantes.

Para un equipo que tiene la ambición de defender su corona de La Liga del año pasado y llegar lejos en la Liga de Campeones, podría ser crucial. Pero a pesar de todo eso, existe la sensación de que sólo podría ser una solución temporal. La mejor apuesta del Barça es disfrutar de él mientras pueda.