"¡¿Qué están fumando?!" dijo el jefe del Liverpool, John Henry, cuando se enteró de la ridícula oferta de £40 millones ($52 millones) más £1 del Arsenal por Luis Suárez en 2013. Pero al analizar el negocio de fichajes del Manchester City este verano, una pregunta más apropiada sería: "¿Qué están desayunando?". El City ha logrado obtener hasta £82 millones ($107 millones) al vender a Julian Álvarez y ha logrado recuperar a Ilkay Gundogan, solo un año después de que se fuera al Barcelona. Álvarez fue un delantero útil y prolífico que suplió admirablemente a Kevin De Bruyne y Erling Haaland, pero era básicamente un jugador de plantilla que estaba en los márgenes del equipo al final de la temporada pasada y en el curso en el que el City ganó el triplete el año anterior. Gundogan, sin embargo, fue una parte clave del equipo que ganó el triplete, capitaneando el equipo cuando alzaron los tres trofeos y anotando ambos goles en la final de la FA Cup. Y justo un año después de que el City no pudiera llegar a un acuerdo para renovarle el contrato al centrocampista, han asegurado su regreso sin cargo alguno. El City, entonces, está reuniendo al equipo que conquistó todo, trayendo de vuelta a Gundogan mientras mantiene a otros jugadores de larga trayectoria como Ederson, Kyle Walker, Bernardo Silva y Kevin De Bruyne. Pero hay un solo problema con el regreso de Gundogan: amenaza con retrasar una muy necesaria reconstrucción del mediocampo.
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El Manchester City logró una obra maestra al fichar a Ilkay Gundogan, pero necesita una renovación en el centro del campo para 2025
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