Decepción Ansu Fati: del próximo Lionel Messi del Barcelona, a la cesión del Brighton antes de cumplir 21 años

Fati había sido una pieza clave de las categorías inferiores del Barça durante la mayor parte de 2018-19, y el plan era que el adolescente jugara la próxima temporada con el Barça B en la tercera división española, antes de ascender al primer equipo la siguiente campaña.

Pero una vez que quedó claro que el Barça necesitaba ayuda en el ataque (y que Fati tenía un futuro a largo plazo en el club) firmó su primer contrato profesional. José Mari Bakero tuvo mucho que ver en su continuidad y en la firma de su renovación el 24 de julio de 2019, prolongando contrato hasta 2022, con una cláusula de 100 millones de euros y el compromiso de ascenderle, aún con ficha juvenil, en la plantilla del Barcelona B, incluyendo diferentes bonificaciones en su salario. Así comenzó un rápido ascenso al estrellato...

Una lesión paralizó a un Barcelona que necesitaba refuerzos para el inicio de la temporada 2019-20, y Fati era la respuesta más obvia entre las filas de la cantera. Con Luis Suárez y Messi lesionados, los blaugrana recurrieron al joven de 16 años para conseguir valiosos minutos desde el banquillo.

Contra el Real Betis en el Camp Nou, Fati entró en el partido en el minuto 78 y realizó una gran aparición en la victoria del Barça gracias a una de las pocas actuaciones destacadas de Antoine Griezmann como azulgrana. Con 16 años y 298 días, Fati fue el segundo debutante más joven en la historia del club.

Una semana después, ante Osasuna, Fati marcó por primera vez. El extremo cruzó el área como un fantasma y se suspendió en el aire para mandar el balón, tras un centro de Carles Pérez, hacia el ángulo más alejado. Su buen remate no fue suficiente para que el Barça ganara, ya que empataron 2-2, pero sí lo convirtió en el goleador más joven de la historia del club.

El joven hizo lo suficiente durante las siguientes semanas para demostrar que merecía un lugar en el XI, y fue titular contra el Valencia, desbancando a Suárez, aún en recuperación, como parte del tridente del Barça.

Fue una actuación de ensueño para el chico que entonces tenía 16 años. En siete minutos, había marcado y asistido, convirtiéndose en una estrella cuando el Barça venció a los de Mestalla por 5-2. Su asistencia, en particular, fue hermosa: el extremo superó a dos defensas por la izquierda antes de pasar el balón a Frenkie de Jong, lo que significaba una conexión entre las dos presuntas estrellas del futuro del Barça.

El Barça tomó una temprana ventaja contra el Inter en la Liga de Campeones a principios de diciembre de 2019. Sin embargo, Romelu Lukaku empató al borde del descanso, lo que significaba que los blaugrana necesitaban algo más para asegurar una vital victoria a domicilio en San Siro. Y para eso entró Fati. El adolescente salió del banquillo para anotar el gol de la victoria, disparando un tiro raso a la esquina inferior desde el borde del área.

Fue un gol memorable que lo convirtió en el goleador más joven en la historia de la Liga de Campeones, un récord que aún ostenta.

Nueve meses después, Fati se había embarcado en la mejor campaña de debut con el Barça desde la primera temporada de Messi en 2005, y el extremo dio un paso más en su emergente carrera.

Había estado en la periferia de la selección española durante algún tiempo y obtuvo su primera convocatoria de La Roja para sus próximos partidos de la Liga de Naciones en agosto de 2020. Jugaría 45 minutos contra Alemania en un empate 1-1, superando al ex del Barça Bojan Krkic y convirtiéndose en el segundo jugador más joven en aparecer con la selección española.

Fati dio un paso más apenas tres días después, cuando Luis Enrique le dio al joven de 17 años su primera titularidad internacional contra Ucrania. El adolescente devolvió la fe a su entrenador casi de inmediato al anotar uno de los mejores goles de su carrera hasta la fecha.

El Clásico celebrado en octubre de 2020 no fue memorable para el Barcelona. El club catalán fue derrotado cómodamente por un Madrid desenfrenado, y Los Blancos ganaron 3-1 en el Camp Nou. El Madrid tomó la delantera temprano, atravesando la defensa del Barça con una facilidad casi vergonzosa.

Pero Fati respondió rápidamente. El extremo se coló en el área y remató un centro oportuno de Jordi Alba para igualar, convirtiéndolo en el segundo goleador más joven en la historia del Clásico. Estuvo a punto de ayudar para el segundo poco después, pero Thibaut Courtois hizo una buena parada para negarle el tanto a Messi.

Sin embargo, los buenos tiempos pronto terminaron. El 7 de noviembre de 2020, la rodilla izquierda de Fati se torció mientras tenía el pie plantado durante la victoria de los blaugrana sobre el Real Betis.

Al principio, el Barça disipó los temores de una lesión grave, pero unos días después se hizo evidente que el extremo había sufrido un desgarro de menisco, la primera de un puñado de lesiones que paralizarían una carrera prometedora.

Aquí es donde se complica. Según The Athletic, hubo desacuerdo sobre cómo exactamente se debía reparar el menisco de Fati. El extremo se había roto completamente el ligamento y la práctica habitual era reemplazarlo por completo.

Sin embargo, el cirujano optó por suturar el ligamento, uniéndolo de nuevo con eficacia. El Barça, sin embargo, apresuró la rehabilitación del jugador y, según se informa, duplicó las sesiones de fisioterapia necesarias para Fati. Su rodilla pronto se inflamó, deteniendo su recuperación.

Dos meses después, la rodilla mostró pocos signos de recuperación y la sutura no ayudó a que el ligamento sanara orgánicamente. Así, Fati se sometió a otra operación, calificada por el club como "tratamiento biológico regenerativo".

Y aunque su rehabilitación fue más mesurada, su rodilla todavía no sanaba adecuadamente. Hubo una opción más complicada sobre la mesa, en la que a Fati se le podría extirpar el menisco por completo. Pero por temor a problemas a largo plazo, el jugador optó por no seguir la recomendación del club.

El dolor de rodilla persistía y, una vez que la sutura de Fati no logró sanar adecuadamente por segunda vez, optó por someterse a una tercera cirugía. Resultó igualmente ineficaz y el adolescente siguió experimentando dolor e hinchazón en la rodilla izquierda. Posteriormente abandonó al médico que le había realizado las tres primeras cirugías, quedó en el dique seco hasta el final de la temporada 2020-21 -incluida la Eurocopa de ese verano- y buscó otras opciones.

Al final de la temporada 2021, Fati finalmente cedió a los consejos de su entorno. Su menisco todavía no se había reconstruido correctamente y no tenía más remedio que quitarse los hilos rotos por completo. Era un procedimiento bastante habitual, pero parecía seguro que causaría problemas a largo plazo.

Fati tendría que cuidar muy bien la rodilla afectada y los músculos circundantes para evitar más lesiones. Sin embargo, lo más importante es que la operación fue la cuarta en seis meses, una perspectiva inmensamente riesgosa para cualquiera.

En medio de todo, Fati todavía contaba con el respaldo del club, y después de que la camiseta número 10 quedara vacante cuando Messi se vio obligado a irse al Paris Saint-Germain en el verano de 2021, el Barça se la ofreció rápidamente a su joven estrella, a pesar de que no había pateado una pelota en nueve meses.

Fati aceptó encantado, y el club justificó su herencia en términos elogiosos: "A pesar de tener sólo 18 años y aún recuperarse de una lesión, Ansu Fati forma parte de la historia del Barça como jugador récord y también de la selección española".

Y resultó que el niño todavía podía jugar. Fati tuvo que esperar hasta finales de septiembre para regresar a la cancha, pero cuando lo hizo tuvo un impacto inmenso. El joven de 18 años entró al campo cuando faltaban 10 minutos para el final del choque de La Liga entre el Barça y el Levante y encontró el fondo de la red en el tiempo de descuento de la segunda parte, aportando lo suyo en la cómoda victoria por 3-0. Quedaba un largo camino por recorrer, pero la camiseta número 10 no parecía pesarle.

El Barça reafirmó aún más su confianza en el jugador ofreciéndole a Fati una enorme extensión de contrato, atándolo hasta 2027 e incluyendo una cláusula de rescisión de mil millones de euros en el acuerdo. Llegó después de un difícil período de negociación.

Las finanzas del Barça eran un desastre en ese momento y el club no tenía claro si podían ofrecer condiciones agradables tanto a Fati como a Pedri. Según los informes, Fati en ese momento había llamado la atención de los dos clubes de Manchester, pero rechazó ese interés por quedarse en el Camp Nou.

Sin embargo, el período de buena forma física de Fati fue breve. El delantero marcó dos goles en seis apariciones antes de sufrir otra lesión. Esta vez, se trataba de un problema muscular importante en el muslo izquierdo, el tipo de problema que los médicos temían cuando le extirparon parte del menisco unos meses antes.

Fati se perdió dos meses y 13 partidos con su club y su selección. Sus problemas de rodilla habían terminado momentáneamente, pero los problemas asociados, al parecer, no desaparecerían tan fácilmente.

Una vez más, Fati demostró lo bueno que puede ser la siguiente vez que vio acción. Pareció recuperarse eficazmente de su problema muscular y regresó al campo antes de lo previsto cuando salió del banquillo para disputar la final de la Supercopa de España contra el Real Madrid en enero de 2022.

El delantero remató de cabeza pocos minutos después de entrar, cabeceando un centro de Pedri que superó a Courtois para empatar el partido a 2-2 con 10 minutos para el final.

Pero no pudo mantenerse en forma por mucho tiempo. Fati volvió a agravar la misma lesión a finales de enero, disputando sólo 40 minutos ante el Athletic Club en los octavos de final de la Copa del Rey.

El Barça recomendó que el extremo fuera operado, pero Fati se negó, reacio a soportar otro largo proceso de recuperación. En cambio, optó por una rehabilitación regular y pasó tres meses al margen.

Regresó justo a tiempo para el final de la temporada y jugó más de 30 minutos una vez en los últimos cinco partidos de los blaugrana. Tuvo poco tiempo para recuperarse por completo.

Fati empezó la temporada 2022-23 en plena forma. Disfrutó de una pretemporada sólida, y aunque las llegadas de Robert Lewandowski y Raphinha significaron que caería más abajo en el orden jerárquico, el entonces joven de 19 años pensó que tenía una oportunidad real de impresionar.

Y aunque no pudo entrar en el once, Fati aun así tuvo un impacto desde el banquillo en el segundo partido de la temporada del Barça. Llegó al choque de su equipo contra la Real Sociedad con el partido empatado 1-1 en el minuto 65 y rápidamente se puso a trabajar. Asistió a Ousmane Dembélé con un delicioso movimiento segundos después de ser sustituido y preparó a Lewandowski poco después, ayudando al Barça a tomar una ventaja de 3-1. Y a falta de 12 minutos para el final, remató el encuentro con un gol en propia puerta.

Todo iba razonablemente bien para Fati en marzo de 2023. Aunque no era un habitual con Xavi, el extremo había tenido oportunidades esporádicas y estaba disfrutando de su mejor temporada desde 2019. Entonces, su padre se involucró.

Bori, exfutbolista profesional, nunca ha tenido reparos en decir lo que piensa y no dudó en ventilar algunas quejas en la radio española. Bori afirmó que Xavi no contó lo suficiente con Fati y abogó por que su hijo abandonara el club. Su padre incluso insistió en que Ansu debería considerar el Real Madrid, si es que realmente lo querían.

El Barça ha necesitado recaudar dinero durante el verano de 2023 para financiar una ventana de transferencia crucial, y durante mucho tiempo pareció que Fati era un jugador que el club estaba dispuesto a sacrificar en medio del interés del Arsenal y otros clubes europeos importantes.

Xavi ha hecho poco para apoyar al jugador, dejando de lado las preguntas sobre el futuro de Fati. Pero como Lamine Yamal, de 16 años, "el nuevo 'nuevo Messi'", había usurpado a Ansu en el orden jerárquico, al delantero no le quedó otra opción que encontrar nuevos horizontes, aunque ese horizonte fuera el Brighton en calidad de cedido.